
sin poseerse no había posesión de la otredad, ¡y quién se poseía de veras?
¡Quién estaba de vuelta de sí mismo, de la soledad absoluta que representa
no contar siquiera con la compañía propia, tener que meterse en el cine o en el prostíbulo
o en la casa de los amigos o en una profesión absorbente o en el matrimonio para estar por lo menos solo-entre-los-demás? Así, paradójicamente, el colmo de soledad conducía al colmo de gregarismo, a la gran ilusión de la compañía ajena, al hombre solo en la sala de los espejos y los ecos. Pero gentes como él y tantos otros, que se aceptaban a sí mismos (o que se rechazaban pero conociéndose de cerca) entraban en la peor paradoja, la de estar quizá al borde de la otredad y no poder franquearlo. La verdadera otredad hecha de delicados contactos, de maravillosos ajustes con el mundo, no podía cumplirse desde un solo término, a la mano tendida debía responder otra mano desde el afuera, desde lo otro.”
(Rayuela, Cáp. 22 – Julio Cortazar)
-Yo solía verla. Ella venia a mi. Recuerdo su rostro, dulce, inocente y … triste…- esta ultima palabra sonó interrogativa y distante…como si al mismo tiempo de estar seguro de decirlo se asombrara de que así fuera-.
Y sus ojos –continuó diciendo y comencé a notar que poco a poco se alejaba de este mundo- tenían la luz de un dorado sol de otoño cayendo sobre un bosque verde…-
-Ella venia a mi. Me preguntaba cosas….ella siempre hacia preguntas, todo el tiempo…-
Qué cosas le preguntaba?, pensé pero me parecía impropio interrumpirlo ahora.
-También cantaba, su voz era …-cerró los ojos y volví a perderlo nuevamente. Entre tanto yo me fijaba si podía descifrar alguna palabra de su anotador que había quedado abierto apoyado a su lado sobre el banco. La letra era espantosa y encima lo tenía al revés por lo que me resultaba totalmente ilegible. Más que un manuscrito parecía un electrocardiograma. Torcí mi cabeza disimuladamente y me incline apenas hacia delante intentando poder leer alguna cosa. Había hecho una aclaración en el margen con letras más pequeñas.
-Torh Nhec Dohnavahm - susurró y me enderecé bruscamente. Me estaba mirando fijo. Sentí un escalofrío y retuve el aliento. –ella es un hada- agrego a modo de secreta confesión observando de reojo a los lados, como si lo observaran y en ese momento un gato salto abruptamente sobre su regazo y comenzó a acariciarlo – no rehuyas el don …-
Metió la mano en el bolsillo de la camisa de donde sacó un papel todo doblado, estuvo a punto de entregármelo, pero por algún motivo prefirió no hacerlo y volvió a meterlo en su lugar. Ahora tengo que irme – me dijo mientras devolvía el gato al suelo y recogía su libreta. Yo me quedé sentado, observando como se marchaba lento y torpemente a su habitación. El gato se había quedado mirándome…-Vos sabes algo turro…- le dije y el gato levantó su cola con una expresión que me pareció de absoluta soberbia, se dio media vuelta y se fue como con aires de ofendido por el mismo camino que el hombre.
Cuántas veces tuve la sensación de no poder hacer nada por mis pacientes? Hacer qué? Para qué? Para quién? ¿Acaso soy Dios? ¿Ahora creo que manejo la verdad absoluta porque detento un poco mas de cordura de este lado? Cuál lado? A estas personas que ya han cruzado los limites de los que ya no se puede retornar… Me pregunto donde estarán…aun cuando los tengo en frente…
Es increíble la fuerza de la psiquis. Su subjetividad es intransferible -por definición-…no hay comunicación, su subjetividad se queda con ellos…y con ellos muere. Todos vivimos nuestra subjetividad pero hay un nivel pactado donde se produce la comunicación, aquello que llamamos “lo social” y se manifiesta por “lo objetivo”, que es también lenguaje, una creación del intelecto humano en el que nos ponemos de acuerdo en un significado y un significante, y todos interpretamos -por mero habito tal vez- como "lo mismo", para entendernos y encauzar nuestros actos, nuestra forma de vincularnos, con los otros, con el mundo, a través de ellos. Entonces hay comunicación. Pero en ellos lo subjetivo no se codifica para hacer transferible lo pensado, lo perceptible es otra cosa, y se hace imposible toda comunicación social y el aislamiento es la indefectible consecuencia. Tara por efecto de inevitable ostracisimo. ¿Qué es lo que se puede hacer entonces?...como podemos desentrañar lo que pasa dentro de ellos si nisiquiera podemos comunicarnos?…El ser humano es una paradoja indescifrable.
¿Yo mismo me creo a salvo?. No lo creo. Cada mañana me despierto pensando en que este puede ser mi último día de vida, es decir, de vida dentro de este lado del mundo.
¿Cuántos lados tiene el mundo? Cuatro, pienso. Tienen que ser cuatro. Necesariamente. Como la caja de las fotos que guarda mi vieja en el ropero. Donde parece caber toda ordenadita mi vida. Ella muestra esas fotos en cada puta reunión familiar y mi novia repite “igualito a ahora” con cara de boba mientras englute la pastafrola casera, que es casi el único motivo por el cual, se podría decir, yo no abandono el recinto. Hasta que se termina y lo abandono, y “seguro que se va a fumar un cigarrillo” (con mofa). De todos los vicios que he tenido en mi vida, este es el único que no me ha vuelto un perfecto canalla. El resto se puede decir que pude dejarlos (aunque ellos no pueden decir lo mismo respecto a mí). La proxima caja guardará mi alma bajo tierra.
Aquella noche soñé con hadas guiándome hacia un bosque verde sobre el cual caía la dorada luz de un sol de otoño…y el viento parecía contarme un secreto como en un triste canto: “Torh Nhec Dohnavahm”, podía escuchar como un susurro, y la imagen se perdió dentro del ojo ámbar de un gato que me miraba o mejor dicho en el que yo me veía…y me caía dentro, como un agujero del espejo que me chupaba y me digería hacia el infinito, donde yo sabía, mientras caía, que jamás llegaba…
De "El Endemico Impostor y sus antropomorfizaciones alegoricas" -
"Expuesta a todas las perdiciones, ella canta junto a una niña extraviada que es ella: su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos, su voz corroe la distancia que se abre entrela sed y la mano que busca el vaso."
(Alejandra Pizarnik - "Los Amantes")
No existe ese momento… –dije- (-cual?, el de la completitud?-) …. Y además el libro no me dice claramente donde debo buscar…solo dice que “recostado rozo la madera…y desde allí observo el vuelo del pájaro mecánico abriendo las puertas de la libertad” y como carajo se traduce eso!!?!? (-la completitud es mas bien una utopía…-)
Ay….donde dejé la lapicera?...Puta madre ….!
Me agacho, busco por todos lados, entre los papeles…debajo de la mesa si se cayó…y más allá por si reboto…Nada.
(-mas bien lo que hay son breves intersticios de sensaciones parecidas a ella…como un orgasmo al que uno no llega porque si sino a partir de determinado clima…y por mas que uno desee que durase mas tiempo se va en cuento lo hemos tenido…-seguía meditando mi tipito)
Arrodillada en el suelo gateo con bastante mal humor tratando de rastrear la maldita lapicera apuntando con mi linternita de bolsillo…y de pronto veo en una de las patas de madera del lado interno, trazado como en un bajo relieve improvisado, una marca roja, seguí con la mirada esa dirección y descubrí una cajita de fósforos dentro de una bolsita transparente pegada bajo la mesa con cinta de embalar.
Antes me golpee la cabeza y lance un par de irreproducibles blasfemias (irreproducibles porque las pronuncie de forma incoherente y con la mandíbula apretada). El silencioso vacío de la biblioteca cerrada me provocaba escalofríos que me recorrían la espalda.
La arranque y una vez en mi mano me la quedé contemplando por un buen rato. Apuntando la linterna hacia esta leo “Going Places”. Tenia el dibujo de una avioneta (-“Gloster Gladiador The last bi-plane in RAF service”- debe ser de colección-). Y alguien había escrito TIR NA NOG, Tony Yates al reverso.
El sonido de unos pasos a lo lejos me petrifica los nervios. Se acercan. Apago la linterna me encojo contra la pared entre las sombras bajo la mesa. Oigo el rechinar de la puerta jamás aceitada. Contengo la respiración. Alguien entra. Los pasos se dirigen hacia mí. Me va a ver (-este es el fin! Este es el fin!- grita asustado mi tipito). Se detiene. Me inclino muy sutilmente hacia atrás tratando de esconderme aún más y veo unas zapatillas de lona roja con los cordones desatados que se dirigen hacia la derecha adentrándose por el pasillo.
Decido salir cuanto antes de allí mientras oigo perderse sus pasos por aquel lúgubre corredor. Todos mis músculos se predisponen sobre esta actitud pero el hecho de dejar lo que vine a hacer por la mitad me provoca un, a penas, perceptible balanceo titubeante volviéndome a dejar inmóvil.
En este entrecruce de contraordenes de mi cerebro veo perdidos los vitales segundos en los que hubiera podido salir corriendo de allí. Los pasos regresan. Ahora es demasiado tarde. Parecen apurados. Comienzan a trotar levemente. Se oye primero un crujido, y luego veo venir disparada mi lapicera echa trizas a toda velocidad por el piso directo a mis narices, (-el imbécil la piso y la destruyo!-) y luego ese espantoso sonido que hace la goma de la suela al frenar sobre el piso. Cierro los ojos como si fuera a estallar una bomba. La puerta rechina nuevamente con sigilo y por fin se cierra dejándome otra vez a solas en aquel sepulcral recinto.
Tomo mi lapicera hecha añicos con total indignación, me salgo de debajo de la mesa guardando el tesoro descubierto en un bolsillo y me inmerso sin pensarlo en el tercer pasillo. La luz es muy escasa, apenas si distingo los distintos niveles de estantes. (-si se llevó algún libro, ése tiene que faltar-). Si!. El hueco se haya entre el …-frunzo mi ceño agudizando la vista alumbrando con mi linterna …M05 y el M07. (-M06!! Listo!. Me tengo que acordar. Prometo. Me lo voy a acordar, ahora vayámonos a la mierda por favor te suplico! Mis nervios no dan para mas!-).
Sin embargo antes de salir tengo el horrible presentimiento de que si cruzo por esa puerta algo malo me va a suceder. Me detengo. Camino retrocediendo lentamente sobre mis pasos. Pienso. Me acerco a la ventana del fondo y observo con detenimiento hacia los lados. (-no va a pasar nada,…en serio, salgamos por la puerta…-) No-.
La abro y comienzo a treparla.
Si logro doblar por la cornisa hacia la izquierda me voy a encontrar con la escalera de emergencia, lo se porque la tengo vista desde afuera. El problema es como dejar la ventana cerrada con su traba desde adentro. Imposible. (-Volvemos mañana bien temprano y sin que nadie se fije la trabamos y nos vamos…silbando bajito-).
Comienzo a dar pasitos cortitos sobre la cornisa con la espalda pegada a la pared. El viento me sopla en la cara y me dan ganas de ser pájaro. El corazón me late en la garganta y casi no me deja tragar. Siento que me queman las yemas de los dedos al irse rozando con el granito contra el cual me aferro.
(-M06…. M06… M06…-repite mi tipito con los ojos cerrados como para no pensar en el vértigo).
Por fin llego a la escalera. Una cosa negra viene directo a mi cabeza y trato de quitármela sacudiendo instintivamente el brazo. Me oigo exclamar a penas un grito entrecortado. Cierro los ojos y piso en falso. El corazón me salta de golpe pero el miedo agudiza mis sentidos al máximo. Siento que caigo, pero el otro brazo me ha quedado sujetado a la escalera.
De pronto todo mi cuerpo se halla colgando de esta sola extremidad. Logro reincorporarme con un esfuerzo que solo pude haber logrado por mi propio instinto de supervivencia y me quedo allí unos segundos para recuperarme del pavoroso espasmo.
Tanteo mi bolsillo trasero del pantalón; la cajita de fósforos se encuentra todavía allí. (-No la perdí!-) mientras levanto la cabeza y observo el revolotear de los murciélagos urbanos que parecen divertirse con el espectáculo de mi infortunio.
Desciendo y me escabullo entre las sombras. Por fin salgo a la avenida iluminada y me voy hasta la parada del colectivo.
Si lo que pienso es correcto… quiere decir que el tipo viene de un utopos metamorfoide (-y nosotros vamos al nosocomium mentalis…?-). Estoy hablando en metáfora!, no te confundas.
(-Lo de la cajita no me cierra…-). Ochenta por favor. Quien la puso ahí? Cuando? Porque? Para que? Con que fin? (-Se estarán burlando de mi?...tal vez alguien esta en su casa ahora riéndose descomunalmente como loco de mi!!-).
El colectivo venia casi vacío. Me encanta poder elegir asiento. Me fui a mi preferido, el último al fondo de la fila del conductor junto a la ventanilla. Saque la cajita, la volví a contemplar. La sacudí, estaba llena. La olí (-esa manía olfativa…! En otra vida debí ser oso hormiguero y me quedo el reflejo-). No la abrí. La volví a guardar.
A que estará jugando Mr. D. con todo esto?... me pregunto cual es su plan?.....(-me pregunto quien es el que entra a tientas a la biblioteca a robar libros como yo-).
Esa pregunta no solo se la hizo Wanda sino aquella persona que al escuchar su grito al casi caer de la cornisa mientras, también, escapaba, se precipito a curiosear para ver que pasaba…y entonces escondido entre los arbusto la vio saltando de las escalaras y saliendo en dirección a la avenida, sorprendido comenzó a seguirla lo mas discretamente posible.
Al llegar a mi casa me encontré con un mensaje de Rantes en el contestador, su voz tenía un tono de exaltación y nerviosismo. Parecía una despedida, me decía que le había salido un viaje que no podía dejar de hacer, que era una experiencia única que resultaba crucial para sus investigaciones, que no debía contarle a nadie sobre el asunto y que tan solo me llamaba para decirme que me quería mucho y que me quedara tranquila, que estaría bien y que cuando menos lo pensara estaría de vuelta.
Va a escaparse (-otra vez…-agregó mi tipito). Mañana voy a pasar a verlo, algo le esta pasando (-pero porque no lo dejás en paz! No es tu responsabilidad, el ya es lo suficiente grande para saber…-) No!, el no sabe lo que hace, el esta enfermo, necesita ayuda (-pero vos no sos su hada madrina!, o te la creíste en serio esa todavía … a ver?!-dijo a los gritos enojado mi tipito).
Está bien…-contesté mientras me sacaba el pullover-…tenés razón, pero soy así…-me senté en la cama y saqué mi pijamas de abajo de la almohada- me preocupa la gente…que se yo…me preocupa que….(-Bhaaa!!! – me interrumpió mi tipito- No me vengas con tu fetichismo filantropico!!, porque yo conozco tu odio…yo conozco la génesis de ese odio, y es más! te desenmascaro!!! Oh! Sra. Venganza disfrazada de Hada Altruista!!-abría sus brazos y gesticulaba enardecido).
Que estúpido.
Me saque un zapato y lo revoleé contra el ropero- (-Némesis!!-llamó a los gritos mi tipito-ella no miente…ella es hija de ese odio! Que venga y te lo diga de su propia boca… preguntale!-). No hace falta –revolee el otro- Sos una mierda-le contesté ofuscada-es cierto lo que decís, pero también es cierto que esa venganza es buena para los demás (-las venganzas no son buenas, nunca, por definición-). No es verdad –dije metiendo una pierna en el pantalón pijamas- si la venganza es producto de un sentido de justicia… (-la venganza no tiene nada que ver con al justicia-volvió a interrumpirme).
La puta! –grité- no se puede hablar con vos!, sos un petulante engreído que habla sacudiendo el dedito inquisidor sin saber ya como acomodar el culo en la silla, que fácil lo tuyo eh! ahí adentro…resguardadito…protegido…a ver si sos tan imperativo acá afuera! así cualquiera… (-aaaahhh!!! porque no sabes lo fácil que es vivir dentro de TU cabeza…!-comenzó a decir con sarcasmo e ironía)
Bueno pero peor sería que fuera …un ser más de reproducción! O no? (-nose…la verdad a veces pienso que seríamos más felices–). Si claro, la felicidad del ignorante….yo prefiero saber, aunque duela…y te digo una cosa? Yo se que a vos también, asique podes hacerte un poquito cargo eh!. (-es verdad…-dijo cabizbajo mi tipito- pero me jode cuando pretendés asumir una actitud de algo que no sos conmigo, porque yo se lo que quisiste decir y no dijiste, yo se lo que sentiste pero no demostraste, yo se lo que te pasa todo el tiempo adentro, porque yo vivo en ese “adentro” y no me lo podes disimular, no a mi! Yo soy tu intimidad. Además yo soy el único que te acompaño siempre…-y se miró con Némesis y otros seres de mi mundo que se fueron acercando por los gritos de esta discusión-…estamos todos luchando con vos-). Bueno…esta bien, me disculpo…-dije algo avergonzada-…ya se que para todos es difícil ser yo…-dije adulando empatía…y se hizo un silencio….
Hasta que comenzamos todos a reír descomunalmente. Es lo mas estúpido que haya podido decir hasta ahora hablando de mi misma! (-hablándome a mi misma-)
Némesis (que nunca ríe) esbozó una sonrisa inocultable y se dio media vuelta en dirección al castillo para que no la viéramos reír, aunque pudimos escucharla.
(La próxima vez quiero plantear este asunto frente el Foro de Fantasmas- dijo mi tipito retomando sus tareas en su computadora). Cuando quieras –retruqué-…
Este mundo que soy yo… es mi vigilia… es la realidad de lo que no pasa en la pesadilla afuera, pero también lo que pasa. Esta exabrupta y exagerada multiplicación de antropomorfizaciones dramatizadas en mi foro interno…son la expresión más definida de mi indefinición. Soy lo que en ella abrigo y repelo en constante metamorfosis. Soy la elocuencia de mi propia imaginación…ingestando, metabolizando, excretando…todo aquello que existe en la dialéctica reciproca de mi vinculo con la realidad…(-y la alteridad alienante en la casa de los espejos o los abismos –que son, a veces lo mismo-) … soy un sueño que sigue vivo en tanto no pierda su vigilia interior.
(-sos en tu esencia la expresión de toda tu potencia …inmedible, insondable…infinita en su unidad…múltiple en su infinitud…permaneciendo en un equilibrio logrado solo por el caos…la contradicción de la asimetría perfecta…o dicho de otro modo, de la simetría en constante imperfección-)
De "El Endemico Impostor y sus antropomorfizaciones alegorica" -
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