Sunday, July 05, 2009

Alquimica Subreptización

“Ahora me doy cuenta
el carnaval no te concierne

en cualquier mes o clima
buscas tu máscara y la usas
el carnaval es de los otros
tiene tu máscara un realce
privado / sólo tuyo
el carnaval delirio ajeno
dura unos días
llega y muere
tu máscara es en cambio
tu atributo invariable
tu universal carencia
tu larga duración
¿contra quién?
¿para quién?
¿en cualquier mes o clima?
tus labios son los de tu máscara
tus ojos son los de tu máscara
¿serás tu máscara?
serás / qué duda cabe
pero tu rostro no te olvida”
(“Mascara” - Mario Benedetti)


Ese día yo sabia que algo no estaba andando bien. Me había despertado dos minutos antes de que el despertador sonara. Sin embargo no me levante hasta que fuera lo suficientemente tarde para tener que salir a las apuradas. Baje por el ascensor abrochándome los botones de la camisa y acomodándomela dentro del pantalón.
Antes de salir me detuve frente al espejo del dressuar del hall del edificio a ajustarme la corbata. Era una corbata hermosa de seda italiana que me había regalado Greta, una mujer especial que conocí en Francia…
-Que hacia en Francia?-
-Supuestamente… seguía mi destino…-rió con sarcasmo-….fue mi época de mayor inspiración- y su tez se oscureció de repente como si una sombra gris se le hubiera cruzado por la frente. Noté que empezaba a alejarse, sumergiéndose memorias adentro…
-la corbata….-dije como lanzándole una soga para traerlo de vuelta al presente
-hermosa, seda italiana….amarilla a rayas…-
-usted estaba frente al dressuar, y…-
-…y el…. también…-
-el quien?-
-el ciego…-sus manos comenzaron a temblar- el ciego que maté-
-el ciego que mato…-susurre inconscientemente con la mirada fija en sus manos
-me dijo que había llegado el momento de que pagara por todos mis crímenes-

Por un momento dejé de escucharlo…la palabra “crímenes” se había vuelto un eco interminable en mi cabeza.

(-Bien!, estamos en el cuarto de un loco asesino…Perfecto!-se ofuscaba irónico mi tipito)

-metió lentamente su mano en el bolsillo interno del saco…y mi corazón pareció detenerse de un espasmo, pensé en toda mi vida…me arrepentí de no haberlo previsto…. que alguna de mis victimas viniera a buscarme alguna vez…recordé la historia del ciego, recordé cada maldito segundo de su estúpida historia!!!! …y sobre todo el momento exacto en que lo mate…-

(-wooooow woooow freno de mano!!! El ciego es un espíritu???????? Jajajaja enfermera!! Risperidone!!! Ziprasidona!!! Clozapina!!! y un whsiky para mi!!!-) Silencio!. (-…doble!-)

-…entonces saco una lapicera y un anotador y comenzó a escribir con expresión de regodeo, parecía que sus blancos ojos me estuvieran mirando con la satisfacción de la venganza. En aquel momento alguien entró al edificio, y entonces aproveché para salir corriendo. Corrí cuadras enteras sin parar hasta llegar al subte…donde finalmente …bueno el resto ya lo sabes…-
-….no, en realidad no…-
-bueno pero esa es otra historia…ya la vas a conocer, lo prometo-
-si…está bien…-

Bajo la vista y permaneció en silencio-…al menos sobrevivió…-dije para que continuara con su relato, ni siquiera se movió-…digo…. esta acá ahora…-cada palabra que agregaba parecía hacer su silencio mas sacro-….o sea…vivo!…-y entonces me lanzó una mirada mezcla de consternación con espanto…
-…ojalá estuviera vivo…-
Me dirigió una mirada que empezó siendo de reojo y término apuntando filosamente al centro de mi iris. No pronunció palabra.

De pronto solté una risa.
-Usted me esta diciendo que es un espíritu?….-
-…esta bien, vos cree que estoy loco, como todos los demás…y que por eso estoy aquí…y me alegra. De hecho no saben el alivio que me produce que todos coincidan en que sea esa la razón por la que estoy aquí…Para mi es mejor, su escepticismo me brinda la seguridad que necesito para….como decirlo?...a ver… la muerte no resultó ser el lugar pacifico que imaginaba… estar muerto es más difícil de lo que pensé-
Me volví a mirarlo….sus ojos parecían dos concavidades oscuras (-dos cavernas-). Me acerque, y casi suplicando pregunté:
-¿…porque no me explica mejor eso…? Tal vez yo puedo ayudarlo…-
Estaba serio y aparentemente tranquilo sin embargo se podía percibir la desesperación que le agitaba adentro… yo podía percibirlo…
-…claro…eso hacen las hadas…-
-…entonces dígame como! Explíqueme que está pasando…y confié en mi…sabe que las hadas cumplimos deseos…tal vez si se cual es el suyo…-dije buscando convencerlo
Su piel curtida se vio rayada por una lágrima que se precipitó velozmente por su mejilla hasta caer fuera de su rostro.
-…no hay tiempo…ya están acá- rompió en llanto
- quienes!? Quines ya están acá?! – susurré agitada. No contestó. Comencé a sacudirlo de un brazo. – Hable Félix hable!-
Escuche unos pasos en el pasillo

(-Lo que faltaba que ahora entre la enfermera y me vea zamarreando al viejo que llora como si lo estuviera torturando)

Lo solté. El viejo no se movía. Fui hacia la puerta, la entorné levemente esperando ver a alguien que anduviera cerca. El pasillo estaba completamente deshabitado. Volví a cerrarla sigilosamente. El viejo continuaba llorando, se tapaba los ojos con las manos, se veía tan frágil… sentí lastima por el.
Sobre su escritorio se apilaban libros viejos y cuadernos hinchados de hojas cuadriculadas. De pronto, pude observar la punta de un dibujo que parecía hecho en lápiz negro sobresaliendo de en un extremo… debajo de todo aquel desorden de papeles. Me dirigí casi envuelta por una fuerza involuntaria que me atraía hacia el. Quería verlo. Sentí una irrefrenable necesidad de tomarlo y verlo. Extendí mi brazo, iba a tocarlo…
-…No!!- me gritó el viejo arrancándome brutalmente del trance. Su mano golpeó fuertemente la mesa….y los papeles debajo…incluido el dibujo- ya se lo dije una vez…..- hizo una pausa como esperando alguna reacción en mí. Pero lo cierto es que yo me había quedado empantanada en la súbita transmutación de la compasión al odio, al desprecio y al asco que me provocaba.
-…de ahora en más… todo lo que hagas… o veas… será sólo producto de tu mente-
-enfermo! Usted está enfermo!- dije y salí casi corriendo de la habitación.

Estúpido viejo de mierda que se cree!!. (-Estabas pensando que era tu dibujo-). No. Que va a estar haciendo mi dibujo ahí? Aparate es imposible que el lo tenga (-pero lo pensaste, es imposible, racionalmente es imposible pero lo pensaste, lo pensaste!! Pensaste que era tu dibujo!-). No, no lo es. (.pero lo pensaste…-) Basta! Basta! (-…y eso me asusta, que lo llegaste a suponer…-). No. (-y si lo era?-)

Desgastada y aturdida caminé hasta la estación. Imágenes de aquel día del accidente en el subte se cruzaron como relampagueos fugaces en mi mente asfixiada.
Me puse el walkman y la música me sumergió dentro de mi propia burbuja intersubjetiva. Todas las cosas quedaron fuera de mi imperceptible, dúctil y viscosa ameba intraspasable!. Es tanto lo que me afecta ahora…es tanto, que no puedo fijarme en nada, estoy saturada de todo y de todos. Mi burbuja pasa sin mirar…

Y fui poseída por la música que ahora entraba por mis oídos y se derramaba en generosos caudales por todo mi ser adentro: Gustav Mahler - Symphony No. 3 in D minor - Mouvement VI - A tempo.

El tren estaba casi vacío. Me senté junto a la ventana apoyando los pies en el asiento del frente. No quiero pensar, no puedo pensar. Música. Solo música.

De "El Endemico Impostor y sus antropomorfizaciones alegóricas" -

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