Ignota peripecia
“Sospecho que no existe en el universo mayor dicha que la incapacidad de la mente humana para vincular entre sí todo lo que ella contiene.
“Sospecho que no existe en el universo mayor dicha que la incapacidad de la mente humana para vincular entre sí todo lo que ella contiene.
Estamos morando en un islote de grata ignorancia, circundados por las aguas negras del infinito, y no nos está predestinado emprender largas travesías.
Las disciplinas científicas, que tienen su propio recorrido, no han perjudicado esto demasiado hasta el momento; o obstante, un día la alianza de esos conocimientos dispersos nos mostrará la realidad y la pobre posición que tenemos de ella, visiones tan nefastas que perderemos la razón ante su manifestación, o bien escaparemos de esa iluminación ominosa, para resguardarnos en la calma y la seguridad de ese nuevo período de la oscuridad.”
(“La llamada de Cthulhu. El bajo relieve de arcilla”. - H. P. Lovercraft)
-Perdón… ¿no se va a sentar?-
-Eh….si, si- dije con solemnidad. En realidad imposté automáticamente la voz para contrarrestar el chillido de aquella aguileña criatura, que además no le importaba si yo me sentaba, mas bien todo lo contrario, pretendió dar por entendido que yo no iba a sentarme, para así sentarse ella y poder empollar sus mezquindades mas inmundas en mi lugar. En realidad donde me dice “¿no se va a sentar?” debe leerse “que te corras que me siento yo!” sin ningún tapujo…descaradamente.
Soy una infeliz con suerte- pensé mientras me sentaba con una expresión de exagerado regodeo amplificado hacia el rostro picudo del ave colorada que respiraba con inocultable envidia– el subte va lleno, con toda la humanidad acá adentro, apretujada en poses que poco tiene que envidiarle al mismísimo contorsionismo o al yoga y justo se baja el tipo que esta sentado frente a mi! en esta estación que no baja nadie!. Mi vida es una mierda pero tengo estas cosas….en algún punto pareciera que “Mr. Di.[1]” se apiadara de mi por algún breve interludio.
A mi los subtes me transportan, quiero decir, me arrastran a otra dimensión…(-a mi también- dijo el tipito). Son como un viaje mental al universo del “ensimismamiento” (-esa palabra no existe-replicó con expresión sobradora).
El tiempo transcurrió místicamente. Había entrado en una especie de letargo cuando entre mis parpadeos somnolientos aparecía y desaparecía un rostro que fijaba su mirada perturbadora en mí. Su aspecto parecía el de un hombre cansado que se tomaba el subte para ir a trabajar, sin embargo…la tónica de su persistencia en dirigirme la mirada, parecía pretender que me conocía de algún lado…y que esperaba acercarse a mi para decirme alguna cosa…(-¿es ella?-me pregunto el tipito frunciendo el seño preocupado). Si…? A mi también me dio la impresión. (-¿no te asusta?-)
De repente el tren se detuvo en la mitad del túnel.
Primero todos se quedan quietos –reflexioné- como si concensuaran tácitamente un comportamiento colectivo de seguro dominio de la razón por sobre el instinto (de reacción, por definición anómica en si misma), donde supuestamente todos coinciden en que pronto habrá de reanudarse el curso natural de las cosas…. La cuestión es que a veces, ese curso “natural” de las cosas… no es justamente el racional como se cree (o será que la razón tiende a naturalizar su dominio sobre la naturaleza). Pero, solo es cuestión de tiempo…de a poco van a empezar a preocuparse, y a mirarse de reojo buscando en el otro la aprobación para otorgarse el beneficio de esa preocupación que los confluye. Entonces esa tranquilidad se va poniendo tensa…incomoda, y la incertidumbre oscurece como una nube negra las mentes mas proclives a la desesperación (-el instinto siempre termina venciendo a la razón- acota mi tipito, pero yo no estoy totalmente segura de acordar con su acotación).
Los minutos comienzan a pesar como plomo en la espalda y lentamente se desata el in crescendo de movimientos corporales de fastidio y ansiedad anticipatorio de una crisis de angustia motorizada por la fobia y la psicosis general. Al movimiento le siguen los sonidos…primero se oyen los roces de la ropa entre los seres y las “eses” que fluyen hacia una cadencia de cacofonías apocopadas, que van desembocando en un alborotado bullicio hasta erupcionar como un volcán de gritos.
El espectáculo es demencialmente fascinante. Pero yo no quería unirme a ese caótico desenfreno coral. Otra cosa ocupaba mi mente ahora….
El hombre ese me sigue mirando…(-es Ella! Estoy seguro!- dijo enojado mi tipito mientras se metía por una puerta dentro de la cual parece guardar ciertos objetos que no son –o han dejado de ser- de uso cotidiano)
La sed me estaba angustiando… Hacía tanto calor allí dentro que parecíamos haber llegado por un desvío inusitado al sauna personal del propio Mefistófeles en las entrañas mismas del infierno.
Finalmente nos hicieron bajar de los vagones y caminar por el lateral del túnel hasta la próxima estación. Aparentemente había ocurrido un accidente allí y por eso tuvieron que detener nuestro tren. Bajamos y empezamos a andar en fila. Todos quejándose. No se si los demás podían percibirlo, pero un persistente olor como a castañas quemadas y tierra húmeda iba y venía como traído por la circulación del aire allí dentro y realmente me producía una extraña sofocación…
Mi único objetivo era caminar manteniéndome alejada del tipo que no había dejado de mirarme inquisitivamente durante todo el trayecto.
De pronto me sentí como los hombres que conducidos por Platón caminábamos por la oscura y engañosa caverna hacia la luz de la Verdad. Pensado esto, el tipito se pone unos anteojos de sol y me sonríe sarcástico. Comenzaba a divagar mi mente.
(Pág. 15)
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Las disciplinas científicas, que tienen su propio recorrido, no han perjudicado esto demasiado hasta el momento; o obstante, un día la alianza de esos conocimientos dispersos nos mostrará la realidad y la pobre posición que tenemos de ella, visiones tan nefastas que perderemos la razón ante su manifestación, o bien escaparemos de esa iluminación ominosa, para resguardarnos en la calma y la seguridad de ese nuevo período de la oscuridad.”
(“La llamada de Cthulhu. El bajo relieve de arcilla”. - H. P. Lovercraft)
-Perdón… ¿no se va a sentar?-
-Eh….si, si- dije con solemnidad. En realidad imposté automáticamente la voz para contrarrestar el chillido de aquella aguileña criatura, que además no le importaba si yo me sentaba, mas bien todo lo contrario, pretendió dar por entendido que yo no iba a sentarme, para así sentarse ella y poder empollar sus mezquindades mas inmundas en mi lugar. En realidad donde me dice “¿no se va a sentar?” debe leerse “que te corras que me siento yo!” sin ningún tapujo…descaradamente.
Soy una infeliz con suerte- pensé mientras me sentaba con una expresión de exagerado regodeo amplificado hacia el rostro picudo del ave colorada que respiraba con inocultable envidia– el subte va lleno, con toda la humanidad acá adentro, apretujada en poses que poco tiene que envidiarle al mismísimo contorsionismo o al yoga y justo se baja el tipo que esta sentado frente a mi! en esta estación que no baja nadie!. Mi vida es una mierda pero tengo estas cosas….en algún punto pareciera que “Mr. Di.[1]” se apiadara de mi por algún breve interludio.
A mi los subtes me transportan, quiero decir, me arrastran a otra dimensión…(-a mi también- dijo el tipito). Son como un viaje mental al universo del “ensimismamiento” (-esa palabra no existe-replicó con expresión sobradora).
El tiempo transcurrió místicamente. Había entrado en una especie de letargo cuando entre mis parpadeos somnolientos aparecía y desaparecía un rostro que fijaba su mirada perturbadora en mí. Su aspecto parecía el de un hombre cansado que se tomaba el subte para ir a trabajar, sin embargo…la tónica de su persistencia en dirigirme la mirada, parecía pretender que me conocía de algún lado…y que esperaba acercarse a mi para decirme alguna cosa…(-¿es ella?-me pregunto el tipito frunciendo el seño preocupado). Si…? A mi también me dio la impresión. (-¿no te asusta?-)
De repente el tren se detuvo en la mitad del túnel.
Primero todos se quedan quietos –reflexioné- como si concensuaran tácitamente un comportamiento colectivo de seguro dominio de la razón por sobre el instinto (de reacción, por definición anómica en si misma), donde supuestamente todos coinciden en que pronto habrá de reanudarse el curso natural de las cosas…. La cuestión es que a veces, ese curso “natural” de las cosas… no es justamente el racional como se cree (o será que la razón tiende a naturalizar su dominio sobre la naturaleza). Pero, solo es cuestión de tiempo…de a poco van a empezar a preocuparse, y a mirarse de reojo buscando en el otro la aprobación para otorgarse el beneficio de esa preocupación que los confluye. Entonces esa tranquilidad se va poniendo tensa…incomoda, y la incertidumbre oscurece como una nube negra las mentes mas proclives a la desesperación (-el instinto siempre termina venciendo a la razón- acota mi tipito, pero yo no estoy totalmente segura de acordar con su acotación).
Los minutos comienzan a pesar como plomo en la espalda y lentamente se desata el in crescendo de movimientos corporales de fastidio y ansiedad anticipatorio de una crisis de angustia motorizada por la fobia y la psicosis general. Al movimiento le siguen los sonidos…primero se oyen los roces de la ropa entre los seres y las “eses” que fluyen hacia una cadencia de cacofonías apocopadas, que van desembocando en un alborotado bullicio hasta erupcionar como un volcán de gritos.
El espectáculo es demencialmente fascinante. Pero yo no quería unirme a ese caótico desenfreno coral. Otra cosa ocupaba mi mente ahora….
El hombre ese me sigue mirando…(-es Ella! Estoy seguro!- dijo enojado mi tipito mientras se metía por una puerta dentro de la cual parece guardar ciertos objetos que no son –o han dejado de ser- de uso cotidiano)
La sed me estaba angustiando… Hacía tanto calor allí dentro que parecíamos haber llegado por un desvío inusitado al sauna personal del propio Mefistófeles en las entrañas mismas del infierno.
Finalmente nos hicieron bajar de los vagones y caminar por el lateral del túnel hasta la próxima estación. Aparentemente había ocurrido un accidente allí y por eso tuvieron que detener nuestro tren. Bajamos y empezamos a andar en fila. Todos quejándose. No se si los demás podían percibirlo, pero un persistente olor como a castañas quemadas y tierra húmeda iba y venía como traído por la circulación del aire allí dentro y realmente me producía una extraña sofocación…
Mi único objetivo era caminar manteniéndome alejada del tipo que no había dejado de mirarme inquisitivamente durante todo el trayecto.
De pronto me sentí como los hombres que conducidos por Platón caminábamos por la oscura y engañosa caverna hacia la luz de la Verdad. Pensado esto, el tipito se pone unos anteojos de sol y me sonríe sarcástico. Comenzaba a divagar mi mente.
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Desvarios del tipito de Wanda Wenzel:
Neo genesis subterranea:
(-¿Que pasaría si tuviéramos que vivir dentro de estos túneles?. Que una lluvia de meteoritos hubiera caído salvajemente sobre la tierra devastándonos y que solo hubieran sobrevivido los que viajamos en subte en el momento de la tragedia mundial, y así quedarnos para siempre a vivir bajo la tierra aquí mismo…- hablaba emocionado). Tendría que haber traído las galletitas y la botellita de agua en la cartera…Igual, tampoco durarían mucho…nose porque pienso estas estupideces y encima las correspondo...
(-…Armaríamos una colonia con nuevas reglas de organización social, adaptadas a este particular modo de supervivencia, pero no habría alimentos, eso nos llevaría a luchas y enfrentamientos violentos, aprenderíamos a cazar ratas y cucarachas y al que se enfermara deberíamos llevarlo a un lugar alejado para que no contagie al resto o eventualmente matarlo y tal vez comernos sus partes sanas, hacer cuchillos con sus huesos, collares con sus dientes…Nos volveríamos expertos conocedores de los túneles y se agudizaría nuestra visión nocturna. Y si esto pasara en toda la red subterránea?-)
Si bien continuaba caminando mi mente ahora se disipaba en lejanas imágenes proyectadas por la imaginación exacerbada y desubicada de mi tipito:
“Un chico viene corriendo por el túnel, agitado, las ropas harapientas, llega a la comunidad gritando:
-los de la D han atacado a los de la C y tomaron la combinación!! Dicen que van a apoderarse de toda la red!!-
Gran alboroto entre la comunidad. Los que han adoptado su rol de líderes se levantan preocupados con el seño fruncido y expresión seria. El chico agitado a penas puede hablar.
-mi papa esta prisionero! El formaba parte del consejo que lideraba la línea C, enseguida cuando empezó todo me mando a traer este mensaje, que nos uniéramos con la A para defender la B que es la que intentan tomar ahora…-
-no te preocupes hijo…. los de la A se van a unir a nosotros…ahora tomate un poco de agua y descansa…tenemos que pensar bien lo que vamos a hacer…Centinelas!!! vayan a ver que esta pasando en la A y díganles que esta noche nos reunimos todos en Bolívar para ver como nos organizamos.
Vitoreos: si, si!! Que se creen estos de la D!! los vamos a hacer mierda!! Por la Libertad!! Por la Igualdad! Por la Justicia!!! Vamos a la guerra!!-“
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Que asco, acá no se puede respirar. De pronto algo detuvo mi divague mental…una especie de picazón en la garganta que ya no se salvaba con tragar saliva o es que la sed ya ni saliva me había dejado.
Había metido mis manos en los bolsillos que buscaban empecinadamente la tabletita de chicles, que estaba segura que tenía porque la había comprado esa mañana.
Mi tipito enseguida se puso a serchear esta data en su computadora tratando de confirmar el asunto. Encontró varios links relacionados, y en uno se mostraba claramente mi mano extendiendo un billete con el rostro azulado de Mitre mientras a cambio recibía la tabletita de chicles…Al darme el vuelto el viejo dejó caer una monedita que rebotó, rodó y fue a dar debajo de un estante…Recuerdo que la recogí. Me costo agacharme. Aún más ponerme en pie nuevamente. Tenia los chicles en la mano…pero no los guarde en el bolsillo…antes comí uno y el resto los metí…los metí......(-¿!donde mierda!?-) … ¿Y mi otro brazo?... ¡¿pero qué era lo que me pesaba tanto…?!
(-Ay por dios!- cayó mi tipito bruscamente de su silla), hecho que hizo detenerme bruscamente como si de golpe me hubiera chocado como un ciego contra una pared inesperada.
¡¡Mi carpeta!!. seguro que se deslizó al costado del asiento mientras dormitaba antes de tenernos que bajar.
La carpeta no me importaba, …lo único que realmente me preocupaba era mi dibujo en lápiz negro que había realizado la noche anterior, desde lo mas remoto del aula en la facultad.
(Pág. 24)
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Neo genesis subterranea:
(-¿Que pasaría si tuviéramos que vivir dentro de estos túneles?. Que una lluvia de meteoritos hubiera caído salvajemente sobre la tierra devastándonos y que solo hubieran sobrevivido los que viajamos en subte en el momento de la tragedia mundial, y así quedarnos para siempre a vivir bajo la tierra aquí mismo…- hablaba emocionado). Tendría que haber traído las galletitas y la botellita de agua en la cartera…Igual, tampoco durarían mucho…nose porque pienso estas estupideces y encima las correspondo...
(-…Armaríamos una colonia con nuevas reglas de organización social, adaptadas a este particular modo de supervivencia, pero no habría alimentos, eso nos llevaría a luchas y enfrentamientos violentos, aprenderíamos a cazar ratas y cucarachas y al que se enfermara deberíamos llevarlo a un lugar alejado para que no contagie al resto o eventualmente matarlo y tal vez comernos sus partes sanas, hacer cuchillos con sus huesos, collares con sus dientes…Nos volveríamos expertos conocedores de los túneles y se agudizaría nuestra visión nocturna. Y si esto pasara en toda la red subterránea?-)
Si bien continuaba caminando mi mente ahora se disipaba en lejanas imágenes proyectadas por la imaginación exacerbada y desubicada de mi tipito:
“Un chico viene corriendo por el túnel, agitado, las ropas harapientas, llega a la comunidad gritando:
-los de la D han atacado a los de la C y tomaron la combinación!! Dicen que van a apoderarse de toda la red!!-
Gran alboroto entre la comunidad. Los que han adoptado su rol de líderes se levantan preocupados con el seño fruncido y expresión seria. El chico agitado a penas puede hablar.
-mi papa esta prisionero! El formaba parte del consejo que lideraba la línea C, enseguida cuando empezó todo me mando a traer este mensaje, que nos uniéramos con la A para defender la B que es la que intentan tomar ahora…-
-no te preocupes hijo…. los de la A se van a unir a nosotros…ahora tomate un poco de agua y descansa…tenemos que pensar bien lo que vamos a hacer…Centinelas!!! vayan a ver que esta pasando en la A y díganles que esta noche nos reunimos todos en Bolívar para ver como nos organizamos.
Vitoreos: si, si!! Que se creen estos de la D!! los vamos a hacer mierda!! Por la Libertad!! Por la Igualdad! Por la Justicia!!! Vamos a la guerra!!-“
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Que asco, acá no se puede respirar. De pronto algo detuvo mi divague mental…una especie de picazón en la garganta que ya no se salvaba con tragar saliva o es que la sed ya ni saliva me había dejado.
Había metido mis manos en los bolsillos que buscaban empecinadamente la tabletita de chicles, que estaba segura que tenía porque la había comprado esa mañana.
Mi tipito enseguida se puso a serchear esta data en su computadora tratando de confirmar el asunto. Encontró varios links relacionados, y en uno se mostraba claramente mi mano extendiendo un billete con el rostro azulado de Mitre mientras a cambio recibía la tabletita de chicles…Al darme el vuelto el viejo dejó caer una monedita que rebotó, rodó y fue a dar debajo de un estante…Recuerdo que la recogí. Me costo agacharme. Aún más ponerme en pie nuevamente. Tenia los chicles en la mano…pero no los guarde en el bolsillo…antes comí uno y el resto los metí…los metí......(-¿!donde mierda!?-) … ¿Y mi otro brazo?... ¡¿pero qué era lo que me pesaba tanto…?!
(-Ay por dios!- cayó mi tipito bruscamente de su silla), hecho que hizo detenerme bruscamente como si de golpe me hubiera chocado como un ciego contra una pared inesperada.
¡¡Mi carpeta!!. seguro que se deslizó al costado del asiento mientras dormitaba antes de tenernos que bajar.
La carpeta no me importaba, …lo único que realmente me preocupaba era mi dibujo en lápiz negro que había realizado la noche anterior, desde lo mas remoto del aula en la facultad.
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Orígenes de un dibujo en sombreado negro
Todo surgió a partir de una vaga imagen fotografiada por mi retina ocular en algún momento mientras subía las escaleras del fondo del establecimiento, cuyas paredes se hayan pintadas con mil dibujos de variados colores. No es la primera vez que me topo con ellos, pero en esta ocasión algo pareció captar particularmente la atención de mi tipito en sus siluetas expresionistas…y ya no pude quitarme aquella imagen multiforme de la cabeza. La fotografía mental que reveló mi tipito no tenia nada de lo que efectivamente se encuentra dibujado en aquellas paredes, hecho que no me sorprende, pues el lente de mi retina absorbe mucho más de lo que el ojo por si solo muestra materialmente; las imágenes las capta desde el cerebro, donde se encuentra con otras percepciones sensoriales, absorbidas muchas de ellas a través del filtro psicoemocional (ajustado culturalmente) que en su conjunto aportan a la fotografía una multidimensionalidad que trasciende, por definición, lo meramente visual.
Y entonces, me encontré garabateando casi sin conciencia de que lo hacia sobre una hoja blanca lisa algo que hasta terminar no pude saber de que trataba. La sensación era la de estar siendo manipulada por un talentoso titiritero invisible que hábilmente conducía el trazado de mi lápiz negro a través de mi torpe extremidad. Si bien la inspiración me había brotado inesperadamente a partir de aquella imagen extrañamente percibida…los ojos…las manos… las hojas… las piedras del muro…ahora nítidamente definidos frente a mí, no habían jamás pertenecido a este mundo, es decir, al mundo por el que mi alma transita a través de mi cuerpo (cuerpo: “la sede donde se firman nuestros pactos con la realidad exterior”, Merleau Ponty-). Y ahí estaba él.
Sus ojos y sus manos….y sobre todo, sus alas de murciélago; observándome…reconociéndome…El vino a mi y a través de un lápiz se metió en mi hoja…¿y ahora?...
Levante la vista y miré a mi alrededor, de pronto tuve una espantosa impresión de extrañamiento hacia mi entorno, ¿quienes eran todas esos seres a mi alrededor?…y el del frente debe de ser el líder, les habla al resto en un tono monótono con una especia de lenguaje que me resultaba completamente alófono.
Trague saliva. Baje la cabeza y vi lo que ahora se que eran mis piernas, mi cuerpo…de pronto comprendí que yo era otro ser como el resto, yo era uno de ellos… ¡y en medio de todos ellos! … pero no entendía absolutamente nada… Uno dirigió su mirada hacia mí y sentí un horrible pavor, solté la hoja. Estuve a punto de salir corriendo de allí cuando de pronto sentí algo extraño en mi antebrazo que me producía una especie de calor… dolor y cosquillas, luego supe que se había tratado de simplemente un apretón. Me volví hacia ese lado y otro ser abría y cerraba un orificio del que salían sonidos susurrantes, ahora se que aquello debió de haber sido su boca por medio de la cual parecía estar hablándome, pero no entendía su lengua…solo cuando señalo hacia los que eran mis pies comprendí que me estaba avisando que se me había caído la hoja. La recogí y me quede inmóvil en silencio.
En cualquier momento despierta Némesis, pensé. Y el tipito estupefacto.
Cerré mis parpados y mis ojos ardieron ácidos.
Todo surgió a partir de una vaga imagen fotografiada por mi retina ocular en algún momento mientras subía las escaleras del fondo del establecimiento, cuyas paredes se hayan pintadas con mil dibujos de variados colores. No es la primera vez que me topo con ellos, pero en esta ocasión algo pareció captar particularmente la atención de mi tipito en sus siluetas expresionistas…y ya no pude quitarme aquella imagen multiforme de la cabeza. La fotografía mental que reveló mi tipito no tenia nada de lo que efectivamente se encuentra dibujado en aquellas paredes, hecho que no me sorprende, pues el lente de mi retina absorbe mucho más de lo que el ojo por si solo muestra materialmente; las imágenes las capta desde el cerebro, donde se encuentra con otras percepciones sensoriales, absorbidas muchas de ellas a través del filtro psicoemocional (ajustado culturalmente) que en su conjunto aportan a la fotografía una multidimensionalidad que trasciende, por definición, lo meramente visual.
Y entonces, me encontré garabateando casi sin conciencia de que lo hacia sobre una hoja blanca lisa algo que hasta terminar no pude saber de que trataba. La sensación era la de estar siendo manipulada por un talentoso titiritero invisible que hábilmente conducía el trazado de mi lápiz negro a través de mi torpe extremidad. Si bien la inspiración me había brotado inesperadamente a partir de aquella imagen extrañamente percibida…los ojos…las manos… las hojas… las piedras del muro…ahora nítidamente definidos frente a mí, no habían jamás pertenecido a este mundo, es decir, al mundo por el que mi alma transita a través de mi cuerpo (cuerpo: “la sede donde se firman nuestros pactos con la realidad exterior”, Merleau Ponty-). Y ahí estaba él.
Sus ojos y sus manos….y sobre todo, sus alas de murciélago; observándome…reconociéndome…El vino a mi y a través de un lápiz se metió en mi hoja…¿y ahora?...
Levante la vista y miré a mi alrededor, de pronto tuve una espantosa impresión de extrañamiento hacia mi entorno, ¿quienes eran todas esos seres a mi alrededor?…y el del frente debe de ser el líder, les habla al resto en un tono monótono con una especia de lenguaje que me resultaba completamente alófono.
Trague saliva. Baje la cabeza y vi lo que ahora se que eran mis piernas, mi cuerpo…de pronto comprendí que yo era otro ser como el resto, yo era uno de ellos… ¡y en medio de todos ellos! … pero no entendía absolutamente nada… Uno dirigió su mirada hacia mí y sentí un horrible pavor, solté la hoja. Estuve a punto de salir corriendo de allí cuando de pronto sentí algo extraño en mi antebrazo que me producía una especie de calor… dolor y cosquillas, luego supe que se había tratado de simplemente un apretón. Me volví hacia ese lado y otro ser abría y cerraba un orificio del que salían sonidos susurrantes, ahora se que aquello debió de haber sido su boca por medio de la cual parecía estar hablándome, pero no entendía su lengua…solo cuando señalo hacia los que eran mis pies comprendí que me estaba avisando que se me había caído la hoja. La recogí y me quede inmóvil en silencio.
En cualquier momento despierta Némesis, pensé. Y el tipito estupefacto.
Cerré mis parpados y mis ojos ardieron ácidos.
De "El Endemico Impostor y sus antropomorfizaciones alegoricas" -
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