Sunday, July 31, 2011

Pez Dorado



“Y ahora nadie podrá lastimarme” –pensé-

El mundo se deshacía a mis pies y era incapaz de pisarlo

Me alejaba…

“lejanía in situ”- suspiré

Nadie podrá destruirme ahora…

(Excepto yo)

Y me reubiqué lo más al fondo de mi alma.


-¿Por qué no puedo verte?-

-¿Por qué no puedo alcanzarte?-


Asfixiada en mi propio cubículo reclamo:

“Que la soledad no me cierre los ojos…

Que la cama no se devore mis sueños de insomnio…

Que la mañana no me entumezca la voluntad…

Y que alguien pueda escuchar lo que mis silencios claman”.

Pero no voy a dar indicaciones

No voy a inferir absurdas precauciones

Ni a disfrazar mis acciones.

No voy a prevenir ningún debacle…

(Alas q se abren, para caer bien profundo)

Ni a realizar peritajes

Sobre lo que subyace en tu mundo.


Elijo reivindicar el abismo

(Conspicuo hiato inefable)

A disimular todo un cosmos

Para aceptar que a mi unidad

Le falte siempre alguna de sus partes.


“La única libertad radica en la oscuridad de la incertidumbre” – cavilé en voz alta

Luego… “la abyección, la locura y la muerte”.

(Y ya no tuve necesidad de excusarme).

Pero no puedo atribuirle a tus displicencias

La agonía de mis propios miedos e inseguridades…

Mi eje es una línea imaginaria itinerante

(Utopos metamorfoide)

Quizás no es posible que lo entiendas

O tal vez sea yo incapaz de explicarlo

Lo cierto es que ahora voy a romperla

Porque no soy buena acepando

Inicuos arbitrajes.


Alguna vez te he confiado mis mejores pistas falsas

Para que me encuentres descubriendo lo qué tramo

Pero mis verdades no son fácilm

ente asimilables

Y retorno vencida a mi escondrijo

(Sin esperanzas de empatía)

Yo soy cómplice de mi desatino,

Pero resulta que no quiero…

(Tanto)

Ese ostracismo…


Sin embargo corto el hilo,

(Lazo-vínculo de cualquier salida al otro lado)

Y me adentro en un laberinto introspectivo

Para morir en las fauces de mi propio minotauro

El ejercicio de un rito en el que sacrifico con mi muerte

La proclamación de un nuevo nacimiento

(Y su trabajo de parto).


Cuando el reloj marca la hora del destierro

Y la carroza se vuelve calabaza

Los caballos, ratones

Y el vestido, andrajos…

Enjuago bien las lágrimas de mi rostro ceniciento

Para salir corriendo escaleras abajo,

Abandonando el ilusionismo de todo falso palacio

(Con un zapato menos…).

Atravieso los muros fronterizos

Y el mundo se

deshace bajo mis pies, descalzos

Siento vértigo, mi corazón se agita

Quiero lo que no tengo

Y también lo que tengo

(Aunque de todos modos se que no voy a poder quedármelo).

La necesidad genera dependencia

El deseo liberación

No entiendo ni quiero seguir las reglas

De un mundo que no tiene idea de quien soy

No se sufrir sin enojarme

Ni se mentir cuando hay amor.

Me enajena

el agujero del espejo

Porque soy otra

(Conmigo, en mi, pero distinta)

Y entonces te extraño pero no se decirlo

No puedo decirlo

Porque no estas determinado

Lo que yo quiero no tiene formato

Y constantemente se transforma en otra cosa…


“De todos modos ya nadie puede destruirme” –sentencié

Por mas que intente disimular todo un cosmos

(Y busque mi luz en tu sombra)

Por mas que encuentres el zapato que perdí

E intentes persuadirme para volverme otra

Por mas que te lleves todo lo que no te di

Y me dejes todo lo que no te importa

El camino se abre paso porque yo camino

Sabiendo que nunca voy a volver a ser la misma cosa

Porque no se dejar de luchar

Ni abandonar mis sueños por realidades rotas

Si “fracasar es no intentar”

Yo jamás pienso asumir una derrota.


Por eso desde lo más al fondo de mi alma reclamo:


“Que la sonrisa no me esconda

De la que soy sin develarme

Que tus manos deshagan hábilmente

Lo que mal dice mi boca

Y que tus ojos delaten los abismos

Por donde mi soledad se arroja”.

Para superar el hastío

De perseguir siempre lo inalcanzable

(Porque no tengo otra forma)

Pugnando la razón por gobernar a las pasiones

Elijo trascender a la mera reproducción absurda

Sabiendo que sin esperanzas la vida se transforma en tumba.


Porque siempre es mejor sufrir a morir de aburrimiento

Prefiero defender mi verdad con lo que soy, con lo que tengo…

Anhelando que tal vez alguien pueda encontrarme

Allí donde no logra mostrarme el espejo.

(*Tuky)

Sunday, May 01, 2011

Desencuentro





Me decía, mientras la botella vertía una luz dorada sobre nuestro precipicio:
- Pensá todo lo que tengas que pensar, pero no te engañes. Escuchá todo lo que tengas que escuchar, pero no creas en nada sin dudarlo. Decidí todo lo que tengas que decidir, pero no te reprimas. Hacé todo lo que tengas que hacer, pero no te retraces. Sé todo lo que tengas que ser, pero no pidas permiso. Viví todo lo que tengas que vivir, pero no te arrepientas de nada…-
- Ya sé, ya sé!! – pensé exaltada en voz alta y en un brusco ademán tiré el vaso derramando toda mi alma sobre el mantel gastado.
Hizo un silencio perpetrado solo por el afanoso “clic-clic” del encendedor con el que ahora daba lumbre a su vigésimo séptimo cigarro.
-La puta madre- mofé por lo bajo mientras pasaba inútilmente la servilleta empapada sobre lo volcado.
Me sonreía con sus ojos y soltaba aros de humo que se deshacían contra el vidrio empañado de la ventana. Me revienta cuando se quiere hacer el “sabelotodo”, aunque estuvieran bien sus palabras.
Solícitamente el mozo acudió a mi exabrupto con un “trapo rejilla” en la mano. Ambos en una coreografía entre torpe y ridícula intentamos arreglar un poco el desastre que había ocasionado. Luego, me trajo otro vaso y se retiró en completo anonimato. Volví a llenarlo de amargos desencantos y me sumergí en sus desoladas profundidades.
-No vayas a ahogarte en éste también…- sugirió sarcástico.
-No vayas a creer en todo lo que ves- repliqué estúpidamente rencorosa.
Las horas pasan y seguimos sin encontrarnos. No importa cuanto nos esforcemos por enunciarnos desencarnadamente uno al otro, sutiles displicencias crecen como espinosa maleza sobre la rivera de nuestros propios bordes; nos cierra el paso; nos tapa la visión, nos confunde y desorienta. Nos extravía y equivoca.
-Vos sos lo que veo ahora y elijo creerte-
-No empeces con tus frases embrolladas y decime lo que me querés decir-
-Si te lo estoy diciendo!-
-Pero sin decírmelo… -
-Eso depende…- pronunció riendo como disfrutando del juego que él mismo se inventaba.
-No sé, no entiendo, soy tarada- provoqué
-habitué del desconfío, diría yo…-
-Te desafío a que me lo expliques como si fuera tarada…- forcé una mueca de sonrisa falsa
-vos de tarada no tenés un pelo. De competitiva y caprichosa puede ser…-
Lo que debió afectarme como una ofensa me resultó inesperadamente un halago que decidí ignorar por completo.
-Bueno. Explicame entonces-
-Qué es lo que querés que te explique?-
-Retrocedemos un casillero- respondí razonando en voz alta y me serví lo último que quedaba en la botella.
-Por qué?-
-Retrocedemos dos- bebí
-Barajemos y demos de vuelta- propuso totalmente carente de creatividad.
-No. Terminemos esta partida antes de empezarla de nuevo- percibí cierto halo de desconcierto en sus ojos- porque ya me sé de memoria la jugada. Vos cantas “envido” y me ganás de mano, pero yo hago primera. Vos me cantas truco con un ancho falso y yo te retruco de “competitiva y caprichosa” –situé con sorna-. Entonces me mostrás el envido y te vas “elegantemente” al mazo. Así son todas las jugadas.
-Como partida de truco es bastante chota-
-Como forma de vincularnos otro tanto…-
Ambos nos relajamos sin advertirlo.
-Yo quisiera…-miró alrededor antes de continuar como cerciorándose de que nadie lo estuviera observando- … no sé, había pensado que… - yo lo escuchaba expectante - … si tenés ganas...-comenzó a desmenuzar un pedacito de servilleta disimulando su nerviosismo, cosa que me enternecía y fastidiaba casi al unísono - … hace tiempo que quiero conocer la Península de Valdéz…- detuvo allí su palabra.
Yo esperaba que se tomara el tiempo que se tenía que tomar para terminar la frase. Pero el silencio se extendía sin que terminara de decirme lo que me había empezado a decir, que claramente era invitarme a viajar con él, a lo que yo respondería -previa falsa dubitación, por supuesto- que “podría ser” que me dejara verlo, para efectivamente terminar yendo entusiasmada.
Y no, desesperadamente el tiempo corroía mi enturbiada esperanza sin que terminar la maldita frase. Se quedó allí en inmutado silencio aguardando a que yo lo interpretara y le respondiera “a eso” que él, en definitiva, no me preguntaba!.
¿Por qué ese afán de decir las cosas sin decirlas?. Estaba furiosa. ¿Por qué no me dice que me quiere invitar de una sola vez?. Cobarde y enroscado. La tiranía de su cabeza reprime lo que su corazón proclama. Y ya no tengo más ganas de estar hablando, porque el diálogo se falsea decantando absurdamente en superficialidades de un encuentro inanimado. Y empiezo a alejarme, a estar sin estar estando… Yo no quiero ser su “resistencia” liberadora. Ya bastante tengo yo con mis propias batallas. Nuevamente el vacío ensancha un precipicio entre ambos. Te estoy mirando. Quererte me deja sola. Me aburre, me enoja, me entristece.
“Ahora me voy a quedar callada hasta que diga algo”, pensé. “No sé, cualquier cosa. Le corresponde a él terminar su frase, no a mí. Hasta entonces esperaré callada. Soy capaz de tomarme 20 botellas más si fuera necesario mientras aguardo, de todos modos se las voy a hacer pagar él, por idiota!.”
Estaba ya por desmoronarme de angustia, cuando comenzó a decir:
-El otro día vi en “Animal Planet” un documental sobre las ballenas…- mi consternación fue inmediata –… se van hasta allá para aparearse una vez al año …-
Ya en la palabra “aparearse” dejé de escucharlo. Pero él continuó narrándome muy animosamente la estúpida reproducción de los batracios. Levantó la mano llamando al mozo. El corazón se me sacudía en el pecho e imaginé que me daba un infarto mientras el continuaba hablando como si nada. Pidió otra botella y mas maní con ademanes sin interrumpir en absoluto su relato. Me miraba de vez en cuando como para corroborar mi atención. Yo escuche “si tenés ganas…” no estoy loca. Se palpó a los lados de la chaqueta en busca del paquete de cigarros. O tal vez sí lo estoy y lo imaginé. Sacó uno. Comencé a dudar de todo. Incluso de que estuviéramos allí.
El mozo llegó destapando otra botella y acomodó el platito de maníes entre ambos vasos. Precipicio mediante. Aprovechó para hacer una pausa y encender su tabaco. Yo ensayaba distintas formas de irme mentalmente. El mozo se retiró estoico llevándose la botella vacía con mi alma adentro.
-…y tenía ganas de ir a conocer, no sé…- concluyó sin demasiado encanto mientras empinaba la botella sirviéndonos otra ronda de decepción.
-que bueno- fue lo único que pude alegar en mi defensa, sin fuerzas para mover un solo músculo de mi estupefacto estado de desilusión anunciada.
Levantó la vista y me sonrió extendiéndome el vaso nuevamente cargado. Bebió sin dejar de espiarme como esperando mi reacción sabida. Pero ya era tarde. Muy tarde.
-es tarde- dije aún en aquella pose de indisimulable resignación.
-terminamos esta cerveza y vamos, querés?. Yo te alcanzo-
-no, dejá…-
-si estoy con el auto, no me cuesta nada-
-es que voy para otro lado- dije hundiendo el aguijón en su corazón subyugado
-ah bueno….- se llenó la boca de maníes para contrarrestar el sabor amargo que el aguijonazo le acababa de provocar.
-además estoy cansada-
-si yo también…-
Nos miramos entendiéndonos por primera vez en toda la noche. Y en ese breve interludio de tregua en que nos encontramos, sentí que lo amaba como nunca voy a poder a amar a nadie en esta vida. Bajé la mirada antes de develar mis sentimientos, que comprendía no del todo correspondidos. Lo oí suspirar alterado y entonces resolví decirle:

-Pensá todo lo que tengas que pensar, pero no te engañes…- me puse de pie- …escuchá todo lo que tengas que escuchar, pero no creas en nada sin dudarlo…- me puse el abrigo- …decidí todo lo que tengas que decidir, pero no te reprimas…- me colgué el bolso-… hacé todo lo que tengas que hacer, pero no te retraces…- me incliné hacia él - …sé todo lo que tengas que ser, pero no pidas permiso…- le tomé el rostro con las manos- …viví todo lo que tengas que vivir, pero no te arrepientas de nada…- cerré mis ojos y lo besé en la mejilla.

Salí del bar antes de que pudiera entender lo que había hecho. Me subí a un taxi que me llevó hasta el más alejado suburbio de mi soledad infinita. El salió tras de mí para alcanzarme pero ya era demasiado tarde. Como siempre. El taxi se alejaba en la espesa penumbra de la espinosa maleza al otro lado de mi propio borde. Mientras, una luz dorada se apagaba sobre nuestro precipicio.

Thursday, April 14, 2011

Abismo


Soy un abismo.

Vacío henchido en el alma.

Exhalación de vértigo sobre el precipicio.

Los ojos cerrados, las alas abiertas.

A ras del cielo las nubes flotan violetas.

No son los bordes.

Ni las pendientes. No es la tierra.

No son las rocas filosas.

Tampoco el agua que corre sobre ellas.

No.

El abismo es el hiato inefable de la imposible nada.

Un absoluto perplejo.

Un imposible inconexo.

Falso cruce.

Sin puentes que lo transiten y unan los extremos que lo definen.

El abismo es la inabarcable inmensidad del sueño inaudito.

Imperiosa quietud que brama.

Poderosa impotencia de los mortales.

Soledad impía.

Inmortalidad del alma.

Un lugar inhabitable, infranqueable, incomunicable.

Solo transitado por las nubes que flotan a ras del cielo, violetas.

Que nunca llegan, que siempre pasan.

Soy ese abismo.

Con los ojos cerrados y las alas abiertas.


(Tuky)

Infinitamente

Infinitamente sola. Sin ganas de mirar. La calle se estrecha cuesta arriba. Todo gira alrededor de un mundo que me es completamente ajeno. Y ya no espero, ni salgo a buscar. Detenida en mi propio tiempo, en el agujero del espejo alguien pasa sin mirar. La esperanza es como un mar de silencios rompiendo olas en mi soledad. Perdida en la memoria, alguna huella que no fui, se imprime ahora en la arena de lo que tal vez será. Pero el destino abre sus palmas hacia confines inconmesubrales. Y yo le tomo la mano para avanzar. No hay retorno. Ni camino. No hay muelles de los que zarpar. Soy un dato borrado por su única verdad. La lucha inclaudicable. En mí, por los demás. La soledad inhabitable, de un mundo que pasa sin mirar. (Tuky)

Saturday, April 02, 2011

PROLOGO

(de "El Endemico Impostor y Sus Antropomorfizaciones Alegóricas")
Esta es una historia imposible. Y solo por eso me he propuesto escribirla. Sin embargo llamarla "historia" sería algo presuntuoso de mi parte e incluso no del todo cierto. Se trata mas bien de una quimera presuntamente literaria. Quienes la lean deberán saber que no encontraran en ella otra cosa más que la abrumadora desesperación del autor, por su imposibilidad de conocer a ciencia cierta, cual será el futuro de los personajes (y de si mismo) mientras esta se desarrolla.


Un poco disimulado, tal vez hasta pase inadvertido, el sentimiento de frustración se funde con una lógica de absurdo inductismo a partir del cual se pretende explicar el sentido del mundo, (que nunca es uno, más que para uno mismo, y ni tampoco), observando la introspección subjetivada de los seres que lo adentran. Porque quizás, intuyo, puede que el único mundo posible es el que todos llevamos dentro, pero a la vez afuera. Como una simbiosis metabolizada de forma subrepticia.


Detesto las paradojas, sobre todo porque me parezco a ellas. No hay respuesta. No hay cierre concluso. El espejo de un espejo. La claustrofia del infinito. Nada me exaspera más, lo confieso. Pero, apelando a una profunda franqueza, no puedo más que jactarme de ella, como si en un efímero impulso de salvaguardar mi cordura, intentara –no menos en vano- atenuar la impronta de esta insatisfacción haciéndola participe de mi conciencia. Y entonces lo que importa no es el “fin de la acción” (que, paradójicamente –o no- precede a ese mismo objetivo), sino el motor a través del cual se pone en marcha la maquinaria que lo justifica y a la vez cuestiona, pero sin dejar de desplegar –aún en los momentos de mayor confusión y abrumadoras dudas- todas aquellas manipulaciones que hacia el, sospechamos, nos arroja. Incluso –y más precisamente- cuando por el contrario, nos aleja por completo.


Así, es como se explica que, los personajes (al igual que su autor) no solo desconozcan el fin de sus acciones, sino que, para colmo, les importe un comino. Pues, lo que los encuentra en esta extraña historia o peripecia, no es la certidumbre de un destino al cual se ajusta teleológicamente toda su existencia, sino, justamente, la más absoluta ausencia de ella.


Como piezas sueltas de un puzzle cuyo dibujo cambia constantemente haciendo que la tarea de reconstruirlo se vuelva infinita. Cuando uno creyó haber encontrado dos que encajaban –descartando todas las restantes- se da cuenta que su fondo ya no es el que era y que, tal vez, ya no cuadren con el dibujo que teníamos de modelo para guiarnos. Los modelos son las pistas mas falsas a seguir, y las piezas que cuajan no siempre tienen que ver con el dibujo de fondo. Relaciones espurias creciendo como yuyos sobre una tierra de infértiles ceteris paribus. Y ellos lo saben, aunque no concientemente.


De allí que lo que los caracterice, no sea el cúmulo de situaciones que han de atravesar hasta el desenlace último donde cada una de ellas adquiera un sentido omnímodo y el autor (como sus personajes) pueda creer que ha cumplido su misión en esta tierra (o en esta quimera, presuntamente literaria). Sino que habrán de crear una “otra dimensión” cuya extensión (manifestación) son esas circunstancias, utilizándolas (incluso hasta el desgaste) como expresión del inabarcable proceso introspectivo que se vincula con el ambiente de manera artificial, pues, la única realidad existe en la simbiosis intersubjetiva entre los seres, a través de la cual uno nunca sabe lo que sabe, pero esta seguro que de saberlo, su historia habría llegado al final, que es, también, otro comienzo.


No podemos asegurar que exista ningún puzzle. Solo podemos advertir que existen algunas piezas. Por eso, -o por otra cosa además…- es que me pareció digno de un autor comprometido con su obra, hacer esta aclaración totalmente obsoleta. Para que, de esta manera, quienes osen, quienes se atrevan, o simplemente pasen y hurguen estas páginas, estén alertados de que no hallaran en ellas una historia atrapante de magníficos personajes con perfiles ingeniosamente diseñados que le capturen a uno el corazón o la cabeza, para llegar a odiarlos o amarlos hasta el llanto o la blasfemia. Ni mucho menos.


Los advertidos, pueden ir dejando este libro nuevamente en el estante (imaginario, pues tal libro nunca existió ni probablemente exista), para que alguien, menos pretencioso -y mucho menos ordinario- que aun le interese adentrarse en esta lectura no del todo clara, tenga la libertad –o la imprudencia- de al menos, intentar hacerlo.


Finalmente, y con el único objeto de no seguir parafraseando esta falsa justifiación completamente injustificada, paso a dar cierre a mi pequeño prólogo inusitado, y así dejarle abierto el camino al lector que todavía conserve la animosidad suficiente como para dar comienzo a esta quimera presuntamente literaria.



Éxitos!!,

Friday, February 18, 2011

Obstaculos


Supuse que sucedería así. Y supuse equivocadamente otra vez.

La conciencia muerde los labios que la nombran. Ahora que me detengo a pensar, sigo.

El está parado del otro lado del abismo. Lejos. Tan lejos de mí...

Y se va. Porque nadie puede cruzar volando. Porque debajo el agua corre entre filosas rocas. Asi que entiendo. Como entiendo casi todas las cosas. La conciencia me muerde despacio. Tengo tiempo de advertilo, pero no de dudarlo. Porque para mi la vida está de este lado y el abismo es todas mis imposibilidades. Ficciones de lo inabarcable.

Pero entonces lo veo asomarse más adelante. Me hace señas de que lo siga. No se por donde. Dió la vuelta y continúa avanzando. Cuesta abajo como reptando sobre las paredes de la pendiente en la inmensa mitad al otro lado.

Busco seguirlo bordeando los límites de mi propia mitad para ir a su encuentro. Casi puedo verlo, casi puedo sentirlo. Escucho su respiración agitada igual que la mía...El corazón se me sale del pecho. Pero al llegar a lo más cerca posible, descubrimos que sigue habiendo demasiada distancia para alcanzarnos.
Alguno tiene que saltar. El otro rescatarlo.
Ambos luchar contra la corriente para llegar juntos a la orilla.

Ahora que me detengo a pensar, sigo.
Muerdo mis labios hasta sangrar.
La unica posibilidad fue siempre el abismo.

Saturday, January 29, 2011







¿Cómo ganarle a la Nada? ¿Cómo ganarle? Yo se la trampa. Yo conozco la trampa, pero no puedo avisarle. El otro tiene que entender. El otro tiene que encontrarla. Y yo no sé esperar. La totalidad del abismo se reduce en lo inabarcable. Puedo pensarlo. Puedo sentirlo. Pero no puedo tangibilizarlo. Intento, una y otra vez. Intento. Y sin embargo, Nada. Dentro de unos años igual, pero con menos tiempo. Si fuera todo tan absurdo, nos daría lo mismo. A mi no me da lo mismo. Entonces algo pasa. Algo tiene que perdudrar. Más allá de los diferentes "caminos", (birfurcanciones intransitivas), hay un -por así llamarlo- "destino". Perceptible. Comunicable (pero intransferible). La realidad es la mortalidad, indefectible, finita, contable. La verdad es perenne, inabarcable, innacible. Y yo conozco la trampa. Si te pudiera explicar...pero no puedo. Esta es la parte que me toca a mí. Y no puedo avisarte. No puedo decir tus lineas, ser ambos. No funciona asi. Tal vez nunca las digas. Yo, sin embargo, no puedo evitarlo. Camino (o bifurcaciones intransitivas). La Nada es un zapato sin horma. Destino. Vos nisiquiera estás en ninguna de tus formas.

De “Falsaciones para tercas resignaciones y otros arrebatos”

Saturday, January 22, 2011

VéRTiGo



-Y ¿Cómo va esa cinta?- spirituosso


(-de verdad querés saber?-pregunta ceñudo mi tipito).

No, claro que no. La pregunta es de rutina y exige en consecuencia una respuesta en consonancia. Le digo la verdad?. Si empiezo ahora a hablar y a decirle todo lo que me pasa en la cinta se va a arrepentir de haberme preguntado. ¿Por qué la dubitación?. La respuesta es de rutina “bien” (-y movimiento ascendente de cabeza, leve-). Pero ¿por qué no puedo contestar la verdad?, mi verdad.

La cinta me sigue dando vértigo, siento que no controlo mis movimientos, que me lleva y me resisto, que pierdo la realidad del entorno, que Némesis sale a sablazos enfrentando demonios que son como sombras oscuras que aparecen ominosas por todos lados y caen derribadas sobre la cinta que piso. (-¿Cómo explicarle quien es Némesis…?!-). Piso los monstruos muertos, destruyo mis miedos e inseguridades. Vértigo en el estomago. Mi tipito diseña estrategias de disuasión para distraerme, para no pensar, para olvidarme de que me esta disuadiendo, disuadiéndome de mi disuasión para que no piense lo que estoy pensando.

Pero lo descubro, me descubro, yo puedo disuadir a otro pero no a mi misma, me conozco las mañas. Bajo la velocidad y me entristezco terriblemente, siento que pierdo, que me humillan en lo mas profundo. Subo la velocidad, y extiendo mis brazos para aferrarme a los barandales de goma y equilibrar el ritmo, el peso, el volumen, el espacio, mi alma, adrenalina (bombea el corazón con demente ritmo cardíaco), piso como en el aire, el cuerpo me desconoce.

Yo soy otra. No soy yo esa que marcha firmemente frente al espejo, seria, concentrada pero con rostro relajado, una más del montón. Un montón de guerra más. “La procesión va por dentro”. La música no consigue alinearme. Yo tengo el control. Yo tengo el control. Pero la cinta marca el ritmo. No, yo. Las dos, vamos juntas. Es en equipo. Yo se trabajar en equipo. Un, dos, un dos. El miedo a tropezar y caerme. El miedo a perder el dominio de mi ser y caerme. El miedo de que se note mi miedo y de caerme. El miedo al miedo a carme. El miedo a la muerte. (-Nadie se cae de una cinta. Solo un idiota se caería, mira la gente, toda igual que vos, caminando, trotando, inhalan, exhalan, piensan en sus hijos, en que van a hacer de cenar, en fulanita, en fulanito, en la contestación de mierda de su jefe en la mañana y en lo que les hubiera gustado responderle, en las vacaciones, en las tareas pendientes, en si le quedan lindas las calzas mientras piensan todo esto y se acomodan el pelo, en la remera chivada, en las tetas que le rebotan a la de al lado, mirando de reojo piensan en seducir a alguien real o imaginario. Si soltás el brazo derecho vas a ver que no pasa nada. Te queda el otro para sostenerte-). Suelto. (-Te dije. Vos podes-). Yo soy fuerte. Yo no me rindo. Yo puedo. Soy una pelotuda. Estoy caminando en una cinta de mierda que me trastorna. ¿Por qué el vértigo?. Estoy mal. No me banco que se me mueva el piso, eso pasa!. Es una locura!! Se mueve el piso!!!. (-Justamente, para eso son las cintas-). Repito: Me siento una pelotuda. Una miserable pelotuda. ¿Es la cinta?. ¿Qué es? ¿Qué me pone así?.

Nunca tuve inteligencia deportiva. Soy torpe con mis extremidades. Tengo un cuerpo indisciplinado. Tengo que entrenarlo, a que me responda a mí, a que haga lo que yo quiero cuando yo digo. Un, dos, un dos. Pasos largos. Eso es. Pasos largos. No pasa nada. (-El secreto está en los pasos largos (?) si...-). Marcando el ritmo. Me apuro para llegar ¿a donde?. 6 kilómetros y medio por hora. 5 kilómetros de distancia. 450 calorías. 50 minutos con 21, 22, 23, 24 …segundos….25 .26…. Decíme, ¿conoces a alguien en el mundo que haya sentido algo así en una cinta antes?. (-yo quisiera contarte pero no puedo contarte-).

Estoy sonriendo estúpidamente, porque no puedo contestarte la verdad. Pero tampoco te puedo dar una respuesta de rutina.

-¿Viste que te había dicho que me mareaba cuando me bajaba de la cinta?. Bueno, de a poco lo fui controlando, pero ayer se me soltó (-la cadena-) la tirita esta – señalando la tirita transparente del corpiño pegada al hombro- y cuando me la quise volver a enganchar me entró un vértigo terrible, y después estuve como 10 minutos tratando de recobrar “el equilibrio” y la “normalidad”, hasta que a los 50 minutos ya le había agarrado el ritmo otra vez y me quedé 10 minutos mas porque una vez que le agarré la mano (-Se ríe. Cree que es gracioso-) me dije “con lo que me costó llegar hasta acá ahora no me quiero bajar!... - (-Yo lo debo estar contando como algo gracioso-).

Yo soy graciosa (-se dice “estúpida”-). También. No debí haber dicho nada. ¿Por qué no contesté un “si” de rutina y le preguntaba a él como estaba?. (-¡Porque no me interesa como está él!-). Ni lo que piense de esto. (-Por mi puede pensar lo que se le de la gana-)

– … capas necesito un psicólogo y vincular ambas cuestiones, salud física y salud mental, dos cosas que tienen que estar…me parece, unificadas, ¿no? – terminé por fin diciendo con ademanes absurdos.
(-Error etiológico- alude ceñudo mi tipito).

Agrega una nimiedad que estoy incapacitada de registrar y vuelve a reírse como si la charla fuera una broma, o como si yo quisiera caerle simpática. Yo quiero entender porque me pasa esto. ¿A vos nunca te paso algo así?. ¡No puedo preguntar eso! ¡Soy una tarada! Ya bastante con haber dicho lo que debí haberme guardado para mí. Además ya conozco la respuesta. Pero igual quisiera poder preguntar.
(-Wanda, tu mundo no puede compartirse. Entendélo-).
Wanda siente una terrible soledad que la angustia profundamente. Se le hace un nudo en la garganta y la necesidad de disimularlo todo.
(-Amor y necesidad son dos cosas diferentes- extrae de sus pensamiento el tipito).

Eso querría preguntarle: "¿vos sos feliz?" (-con las piernas abiertas sentada en el aparato de los aductores. 9, 10…11…-)
Y el se reiría de compromiso y luego compartiría con sus amigos en la sobremesa las anécdotas de su trabajo “…y hay una mina que esta re loca, viene y te tira que ella no se sube a la cinta sino a un “duelo psíquico” (abriendo los ojos) donde pone a prueba su lucidez motriz” (risas) parece re normal la mina eh, pero le preguntás como está y te sale con un “vos sos feliz”? jajaja re pirada!, no!, si hay de todo! En el gimnasio te cruzas con cada uno!
-¿Por qué me preguntás eso? – me diría creyendo absurdamente que intento seducirlo (-estúpidamente-)
-¿Por qué no?- respondería yo con expresión desinteresada y él entraría en la segunda etapa.
Pero antes de dejarlo hablar, lo interrumpiría para explicarle las etapas…“la mayoría de la gente tiene las mismas reacciones, si les preguntas si son felices primero se sorprenden intimidados, al punto de la consternación, simulando con risita falsa -o alguna otra muletilla-, después viene la negación de la respuesta que se dan interiormente y que muchas veces desconocen, y/o desean seguir desconociendo (-justamente-), luego, presionados por la necesidad de no ser descubiertos en su incomodidad, comienzan a trastabillar, titubean frases ininteligibles, hasta que dicen por fin que “si, bueno que se yo”….y cambian de tema (lo mas dudosos)…o que “la felicidad no existe, que hay momentos…” (los mas convencidos) o ”si yo creo que si…” (lo mas orgullosos) y después te preguntan “y vos?” (-como el arquero que ataja un gol reventando el pelotazo fuera del área-) y yo ahí sonrío.
Y a vos te diría cualquier mentira que se me ocurriera en ese momento (-para no perder el dominio del balón-). Y luego, me sentiría triste por no haber podido compartir de verdad lo que yo pienso, lo que yo siento, lo que yo soy.
Ahora si les preguntas "¿vos sos infeliz?" reaccionan defensivamente respondiendo rotundamente “no”, porque asocian la pregunta a una ofensa, como si les estuvieras diciendo “¿vos sos UN infeliz?” que es interpretado como un insulto. Y la respuesta es automática “no” y va seguida de un “¿Por qué... vos si?” a modo de repechaje y desquite.

Pero nada de esto esta sucediendo, te estoy diciendo cualquier pavada relativa a la cantidad de ejercicios, a los ritmos, a las pesitas y vos estas hablando de rutina. Rutina mental, rutina reproductiva de la maquinaria cotidiana. Me estas hablando del mundo ordinario. Pero el ser humano es extraordinario.

Mirá, el ser humano es extraordinario todo el tiempo que es. Esto implica una paradoja, porque lo extraordinario es algo que sucede, por definición, muy rara vez, pero el ser es constante, cada maldito día, es decir, es “ordinariamente extraordinario” (-o “extraordinariamente ordinario”?-) 13…14….15…Sorbo de agua. Ahora abdominales, elongación, y me voy a mi casa a sumergirme de nuevo en el mismo ciclo una vez mas, pero diferente, cada vez, 16, 17, 18, 19...




(...continuará...)

Monday, January 03, 2011

Extraordinaria

-Sí, te mentí!- dijo reincorporándose súbitamente en la oscuridad de la habitación. El seguía recostado a su lado, pero la escuchaba atentamente.
-cuando vine el otro día sí sabía para que venía- él sonrió en la oscuridad – pero fingí, haciéndome la mojigata, (-mi papel favorito últimamente- señaló muy acertadamente su tipito)
-Ya me parecía…-
-No. Dejá. No digas nada. Yo te voy a explicar…yo necesito explicarte esto ahora…-respiró profundo y él se acomodó una almohada bajo la nuca ubicando sus brazos detrás de ella como en asas – Mi vida personal es…-continuó – …mi vida personal…-buscaba la palabra justa, (-una farsa!-) - ….no, farsa no, más bien… una ¡“Comedia”! – expresó por fin entusiasta como si aquello le resultara una gran revelación. Toma una gran bocanada de aire, como si hubiera estado sumergida largo rato bajo el agua y saliera repentinamente a la superficie a recuperar el oxígeno.
-Pero eso ahora va a cambiar! – cerraba los puños y los apretaba – porque ésa es una falsa dicotomía…-reflexionaba en voz alta- La realidad es también una Comedia, no vaya a ser que ahora nos creamos que de verdad somos los tristes personajes que representamos en ella…-
-Entonces es una contradicción- le dijo una voz que yacía a su lado en la oscuridad y recordó de pronto su presencia.
-No te creas, no. O sí, más bien sí, pero…todo lo contrario-
Él soltó una risa por la nariz.
–¡Ah bueno!....veo que vos sos la contradicción-
(-no te enojes con él – advirtió su tipito a tiempo – vos no estás acá para que él te entienda, estás acá por otra cosa, no confundas-)
-No te confundas. Todo es contradicción. Solo por y gracias a ella existimos. El día que se terminen las contradicciones se habrá terminado nuestra especie- sentenció
-Sí, claro…pero hay que buscarle la vuelta-
-La vuelta no se busca. Se fabrica-
(-¡Piedad Wanda!, ¡piedad!- exclamaba su tipito mientras se asomaba por detrás del hombro temiendo que se apareciera Némesis de repente).
– Pero no me interrumpas. Estaba diciendo que mi vida personal ha sido siempre una gran (-farsa!-) Comedia. Sí, claro, todo es una Gran Comedia me dirás vos (-él no dice nada-) pero hay distintos niveles…y entonces la cosa cambia. Definamos… (-dijo el epistemólogo mientras buscaba donde escupir el carozo de la aceituna-) ¿qué es “vida personal”? – Wanda hace el ademán de las comillas con los dedos en el aire- ¿a qué llamamos “vida personal” –modula acentuando la locución de estas últimas palabras- digamos, entonces, que "vida personal" es todo lo que uno es y hace por fuera del mundo laboral, profesional y, permitime incurrir aquí en algun justificado "estiramiento conceptual", pero tan solo a los fines meramente “exponenciales”, esto es: agregar en este ámbito también a la militancia (-atorase el epistemólogo con el carozo de la aceituna, tosióle, eructóle y escupióle por fin erráticamente-ironizaba su tipito burlandose de Wanda) porque de alguna manera esas tres cosas son las que uno no puede dejar de realizar. Le son indelegables y debe ocuparse de ellas cada día de su vida. Cabe aclarar que esto no implica necesariamente no hacerlo con alegría, ojo, pero son digámoslo así…”los gastos fijos del mes”, uno ya sabe de antemano que invertirá determinada cantidad de energía, salud, esfuerzo y tiempo en realizarlas. Ahora, lo que queda por fuera de ellas, es lo que damos en llamar “vida personal” -sonreía involuntariamente mientras hablaba- que incluye desde ir al supermercado, sacar la basura, asearse, escuchar música, depilarse, ir al teatro, leer…-hizo una abrupta pausa como frenandose- y en este caso particular me urge una aclaración, no por demás menos pertinente (-estás monologando- pone cara de fastidio su tipito) que se trata de una lectura de esparcimiento, de entretenimiento, de recuperación de la energía interior, si se me permite la expresión, que sacia mas la sed del alma que la de la mente, es decir, excluye todo lo que sea periódicos, lectura política y/o histórica, las que ubicaríamos mas acertadamente en el ámbito de la militancia, dado que es parte de la formación del militante. Dibujar, cocinar, salir de paseo, esas cosas forman parte de la vida personal…del ocio también ¿no?-
-De esa gran "Comedia” que decias...– sugeria el Otro tratando de no perderle el hilo
-Precisamente!. La parodia de ir al supermercado, de buscar periciosamente la fecha de vencimiento en cada objeto comestible que agarramos, de cargar sistematicamente en el chango los víveres dejando para el final los alimentos de heladera para “no cortar la cadena de frío”, enojarse absurdamente con los que bloquean el paso entre las góndolas, repetir de memoria siempre el mismo diálogo con el cajero de turno “¿en efectivo o con tarjeta?”, la desazón de volver a mostrar la foto de la espantosa cedula de identidad vencida (-¡con esa foto quien se va a andar fijando que día vence!-), embolsar todo a lo loco con una desesperación de apuro innecesario. “¿No tenés mas chico?”, la especulación para conseguir momeadas. Gracias. De nada. Tu vuelto. Estratagema cotidiano. Salir de paseo por la costanera camuflando el porro en un paquete de cigarrillos que no fumás. El chori crujiente y la gota de grasa que te lo recordará de por vida, la fuente iluminada de Lola Mora horriblemente envidriada, el fondo de coro de ranas. La seca de keruza bordeando el río por si hay descarte. El atardecer, el viento, la noche. El olvidarse del tiempo que no se olvida de nada…-le pareció escuchar un ronquido (-el coro de ranas…-) – invitar a un amigo a tomar mate, hablar de la vida, tanto de la impostergable como de la Comedia (-farsa-). Reírse de ambas. Amargarse por ambas…(-la impostergable?-). Si. Todo eso va a cambiar…-farfulló como para sus adentros. Se sonrió y aguardó en silencio a que el pensamiento terminara de formarse en su cabeza, y luego tocándose la frente, como quien se descorre un velo de los ojos, pudo ver, en la mas completa oscuridad de aquella habitación que no era suya, pero que respiraba en el Otro su soledad (-empecinada-) la inevitabilidad de su alma impostergable, dijo:
-Yo la llamo Comedia. Y sí! “lo postergable”. Yo la postergo, porque en ella no encuentro nada que me “eleve el espíritu”, ¿Cómo decir?, - suspiró para disimular el deshago - no veo en ella otra cosa más que lo absurdo de la existencia humana, el acto repetitivo y constante de la reproducción del mundo ordinario. Comprar-cocinar-comer-lavar-defecar-dormir-despertar-trabajar-ir-volver-usar-ensuciar-lavar-planchar… y así, una y otra vez hasta enfermar y morir. El sin sentido de una existencia plana. Para mí. Debo decirlo. Para mí. Y yo quiero hacer otras cosas. Cosas que le den sentido a esa existencia, más allá de la superficialidad de la rutina cotidiana (-¿la militancia?-). No. Lo “extraordinario” es, por definición, solo ocasionalmente. La militancia esta en todo lo que soy y en todo lo que hago (-y cuando no está también está-). Exacto. Gracias a ella logro romper con buena parte de la banalidad del mundo que se reproduce en esa superficie plana. La militancia me resulta algo inevitable y necesario. Como el aire diríamos. Sin ella ya me hubiera marchitado hace rato. Pero a lo que me refiero es a “otra” cosa…que no pertenece a nada de lo anteriormente mencionado…-
-Amor, eso te hace falta- la voz la tomó por sorpresa y no pudo evitar sentirse intimidada.
-Mi vida esta llena de amor…- interrumpió Wanda con cierto tono rencoroso- desde regar mis plantitas cada mañana hasta cortarme las uñas, todo lo hago con amor- (-menos la cola del banco- agregó muy acertadamente su tipito-)
-Estoy hablando de otra cosa…-
(-Claramente. Pero vamos a no hacernos cargo. Otra vez la Comedia-)
-El amor tiene tantas formas…- (-o farsa-)
-Lo que vos necesitas es encontrar una persona que te mueva el piso y te enamores perdidamente-
-Momentito. Que yo ya estuve enamorada- volvió a interrumpir cola de paja
-¿Y?-
-Nada. Quiero decir que se de que se trata. Y fue hermoso mientras duró pero…– comenzaba a trastabillar- ya lo dijo Ismael Serrano (-un muerto encierras-) “el amor es eterno mientras dura”, por eso digo…que el amor tiene muchas formas…muta…(-"muza"- le sugirió el tipito previendo irse al pasto viendo como cordoneaba) – y justamente “ese” amor del que vos hablás es el más "raro" de encontrar, pero aún así si lo encontrás, todavía te queda lo mas difícil que es conservarlo, hacerlo perdurar…- y cuando parecía que él no podría hacerle jamás ningún aporte trascendente dijo:
-Por eso. No es algo que acontece a menudo. Pero cuando sucede le da sentido a todas las otras cosas, hasta a esa “Comedia” de la que tanto renegás, porque estás inspirada en algo superior que todo lo transforma…-
Se hizo un silencio antes de que Wanda expresara estrepitosamente
-Es “extraordinario”!- como descifrando el acertijo
-¿Qué cosa?- le preguntó confundido, sin percatarse de lo que habían significado sus palabras para ella, que se abalanzaba ahora sobre él para besarlo ruidosamente en la mejilla.
-¡Eso necesito!- y saltó de la cama colmada de alegría buscando su ropa que había quedado desparramada por toda la casa.
-¿Ya te vas?- preguntó el Otro incorporándose pero sin bajar de la cama.
-Sí. Mañana trabajo y tengo que entrar temprano porque a la tarde tengo una reunión y a la noche me tengo que juntar con los compañeros para ver lo de las actividades y la marcha…ah y tengo que pasar a buscar…-
Wanda repasaba su cargada agenda mental sobre las tres cosas que regían su mundo impostergable – uh! No me tengo que olvidar de pedir turno con la ginecóloga. Uff!! - se ataba un cordón-Y de comprar agua! – se ponía la otra media- que sed tengo...-
El Otro se levantó, y mientras Wanda se peinaba le fue a servir un vaso de jugo. Ella sin agradecerle el gesto se lo bebió de un solo trago. Y él, con la parsimonia de la desperanza, comenzó a vestirse para bajarle a abrir la puerta de calle.
Se abrochaba la camisa cuando entonces Wanda apareció frente a él, tomó su rostro con ambas manos, lo miró a los ojos como buscando algo en ellos y le dio un beso en la mejilla. Lo volvió a mirar. El había dejado caer los brazos pesadamente a los costados del cuerpo. Ahora lo beso en la frente y el Otro cerró los ojos. Rozó con el pulgar derecho sus labios resecos y allí depositó su último beso, indulgente.
-“A veces el futuro es una noche sola, y uno gasta la urgencia en llegar y dormirse”- le dijo y lo despertó de aquel breve trance – “Cinco veces triste”. Benedetti. Una “delicatessen” de la poesía latinoamericana- terminó diciendo sonriente.
-Me gusta Benedetti, pero tampoco leí tanto…-
-Ah! Mal hecho!- se colgó la cartera y se lo quedó mirando como esperando que le abriera la puerta.
-¿En serio no te querés quedar?-
Ella contestó con una expresión mezcla de conmiseración y plegaria.
-Bué…te bajo a abrir dale. Pero mirá que “el futuro es una noche sola”- bromeó mientras llamaba el ascensor.
-“A veces” dice Benedetti…”a veces”-
Apretó el botón de PB.
(-un “a veces” proclivemente postergable- musitó su tipito mientras estiraba la pierna para calzarse la pantufla que se le había escpado debajo de la mesa)
-Gracias por todo- lo abrazó fuerte – nos vemos pronto-
-Chau…-
Wanda paró un taxi
-…y suerte con tu “suceso extraordinario”- le grito desde la puerta.
– ¡Igualmente! – respondió Wanda levantando un brazo en señal de saludo.

En el taxi iba puesta la radio en una de esas estaciones que pasan lentos clásicos de los ochentas, uno tras otro, todos iguales. La canción insistía en implorar “I love you”, “I need you” entre solos de guitarra y batería que pasaban de lo cursi y meloso a lo pedorro y bizarro.
Wanda empezó a reírse sola. El conductor la miraba extrañado por el espejito retrovisor. Pero ella ni se percató. Miraba por la ventanilla las calles despobladas de la madrugada urbana en día de semana. “I need you”, “Oh baby”, “For ever” “My love”.
(-que no se vuelva “farsa” la “comedia”-)

La ciudad deshabitada se parece un poco a mí. Pensaba. Esperando en la soledad de la noche un suceso extraordinario que le devuelva el alma. Cuando el día comience volverá a poblarse, a ser transitada por todas las mismas cosas “impostergables”, inevitables, cotidianas.

(-“A veces el futuro es una noche sola”-).
Y a veces son todas las noches. Gastando la urgencia en la soledad y sin llegar a dormirme.

Subió a saltitos los escalones de la entrada de su casa. Cuidado.
(-la sola existencia es… por si misma “extraordinaria”-)