Saturday, January 29, 2011







¿Cómo ganarle a la Nada? ¿Cómo ganarle? Yo se la trampa. Yo conozco la trampa, pero no puedo avisarle. El otro tiene que entender. El otro tiene que encontrarla. Y yo no sé esperar. La totalidad del abismo se reduce en lo inabarcable. Puedo pensarlo. Puedo sentirlo. Pero no puedo tangibilizarlo. Intento, una y otra vez. Intento. Y sin embargo, Nada. Dentro de unos años igual, pero con menos tiempo. Si fuera todo tan absurdo, nos daría lo mismo. A mi no me da lo mismo. Entonces algo pasa. Algo tiene que perdudrar. Más allá de los diferentes "caminos", (birfurcanciones intransitivas), hay un -por así llamarlo- "destino". Perceptible. Comunicable (pero intransferible). La realidad es la mortalidad, indefectible, finita, contable. La verdad es perenne, inabarcable, innacible. Y yo conozco la trampa. Si te pudiera explicar...pero no puedo. Esta es la parte que me toca a mí. Y no puedo avisarte. No puedo decir tus lineas, ser ambos. No funciona asi. Tal vez nunca las digas. Yo, sin embargo, no puedo evitarlo. Camino (o bifurcaciones intransitivas). La Nada es un zapato sin horma. Destino. Vos nisiquiera estás en ninguna de tus formas.

De “Falsaciones para tercas resignaciones y otros arrebatos”

Saturday, January 22, 2011

VéRTiGo



-Y ¿Cómo va esa cinta?- spirituosso


(-de verdad querés saber?-pregunta ceñudo mi tipito).

No, claro que no. La pregunta es de rutina y exige en consecuencia una respuesta en consonancia. Le digo la verdad?. Si empiezo ahora a hablar y a decirle todo lo que me pasa en la cinta se va a arrepentir de haberme preguntado. ¿Por qué la dubitación?. La respuesta es de rutina “bien” (-y movimiento ascendente de cabeza, leve-). Pero ¿por qué no puedo contestar la verdad?, mi verdad.

La cinta me sigue dando vértigo, siento que no controlo mis movimientos, que me lleva y me resisto, que pierdo la realidad del entorno, que Némesis sale a sablazos enfrentando demonios que son como sombras oscuras que aparecen ominosas por todos lados y caen derribadas sobre la cinta que piso. (-¿Cómo explicarle quien es Némesis…?!-). Piso los monstruos muertos, destruyo mis miedos e inseguridades. Vértigo en el estomago. Mi tipito diseña estrategias de disuasión para distraerme, para no pensar, para olvidarme de que me esta disuadiendo, disuadiéndome de mi disuasión para que no piense lo que estoy pensando.

Pero lo descubro, me descubro, yo puedo disuadir a otro pero no a mi misma, me conozco las mañas. Bajo la velocidad y me entristezco terriblemente, siento que pierdo, que me humillan en lo mas profundo. Subo la velocidad, y extiendo mis brazos para aferrarme a los barandales de goma y equilibrar el ritmo, el peso, el volumen, el espacio, mi alma, adrenalina (bombea el corazón con demente ritmo cardíaco), piso como en el aire, el cuerpo me desconoce.

Yo soy otra. No soy yo esa que marcha firmemente frente al espejo, seria, concentrada pero con rostro relajado, una más del montón. Un montón de guerra más. “La procesión va por dentro”. La música no consigue alinearme. Yo tengo el control. Yo tengo el control. Pero la cinta marca el ritmo. No, yo. Las dos, vamos juntas. Es en equipo. Yo se trabajar en equipo. Un, dos, un dos. El miedo a tropezar y caerme. El miedo a perder el dominio de mi ser y caerme. El miedo de que se note mi miedo y de caerme. El miedo al miedo a carme. El miedo a la muerte. (-Nadie se cae de una cinta. Solo un idiota se caería, mira la gente, toda igual que vos, caminando, trotando, inhalan, exhalan, piensan en sus hijos, en que van a hacer de cenar, en fulanita, en fulanito, en la contestación de mierda de su jefe en la mañana y en lo que les hubiera gustado responderle, en las vacaciones, en las tareas pendientes, en si le quedan lindas las calzas mientras piensan todo esto y se acomodan el pelo, en la remera chivada, en las tetas que le rebotan a la de al lado, mirando de reojo piensan en seducir a alguien real o imaginario. Si soltás el brazo derecho vas a ver que no pasa nada. Te queda el otro para sostenerte-). Suelto. (-Te dije. Vos podes-). Yo soy fuerte. Yo no me rindo. Yo puedo. Soy una pelotuda. Estoy caminando en una cinta de mierda que me trastorna. ¿Por qué el vértigo?. Estoy mal. No me banco que se me mueva el piso, eso pasa!. Es una locura!! Se mueve el piso!!!. (-Justamente, para eso son las cintas-). Repito: Me siento una pelotuda. Una miserable pelotuda. ¿Es la cinta?. ¿Qué es? ¿Qué me pone así?.

Nunca tuve inteligencia deportiva. Soy torpe con mis extremidades. Tengo un cuerpo indisciplinado. Tengo que entrenarlo, a que me responda a mí, a que haga lo que yo quiero cuando yo digo. Un, dos, un dos. Pasos largos. Eso es. Pasos largos. No pasa nada. (-El secreto está en los pasos largos (?) si...-). Marcando el ritmo. Me apuro para llegar ¿a donde?. 6 kilómetros y medio por hora. 5 kilómetros de distancia. 450 calorías. 50 minutos con 21, 22, 23, 24 …segundos….25 .26…. Decíme, ¿conoces a alguien en el mundo que haya sentido algo así en una cinta antes?. (-yo quisiera contarte pero no puedo contarte-).

Estoy sonriendo estúpidamente, porque no puedo contestarte la verdad. Pero tampoco te puedo dar una respuesta de rutina.

-¿Viste que te había dicho que me mareaba cuando me bajaba de la cinta?. Bueno, de a poco lo fui controlando, pero ayer se me soltó (-la cadena-) la tirita esta – señalando la tirita transparente del corpiño pegada al hombro- y cuando me la quise volver a enganchar me entró un vértigo terrible, y después estuve como 10 minutos tratando de recobrar “el equilibrio” y la “normalidad”, hasta que a los 50 minutos ya le había agarrado el ritmo otra vez y me quedé 10 minutos mas porque una vez que le agarré la mano (-Se ríe. Cree que es gracioso-) me dije “con lo que me costó llegar hasta acá ahora no me quiero bajar!... - (-Yo lo debo estar contando como algo gracioso-).

Yo soy graciosa (-se dice “estúpida”-). También. No debí haber dicho nada. ¿Por qué no contesté un “si” de rutina y le preguntaba a él como estaba?. (-¡Porque no me interesa como está él!-). Ni lo que piense de esto. (-Por mi puede pensar lo que se le de la gana-)

– … capas necesito un psicólogo y vincular ambas cuestiones, salud física y salud mental, dos cosas que tienen que estar…me parece, unificadas, ¿no? – terminé por fin diciendo con ademanes absurdos.
(-Error etiológico- alude ceñudo mi tipito).

Agrega una nimiedad que estoy incapacitada de registrar y vuelve a reírse como si la charla fuera una broma, o como si yo quisiera caerle simpática. Yo quiero entender porque me pasa esto. ¿A vos nunca te paso algo así?. ¡No puedo preguntar eso! ¡Soy una tarada! Ya bastante con haber dicho lo que debí haberme guardado para mí. Además ya conozco la respuesta. Pero igual quisiera poder preguntar.
(-Wanda, tu mundo no puede compartirse. Entendélo-).
Wanda siente una terrible soledad que la angustia profundamente. Se le hace un nudo en la garganta y la necesidad de disimularlo todo.
(-Amor y necesidad son dos cosas diferentes- extrae de sus pensamiento el tipito).

Eso querría preguntarle: "¿vos sos feliz?" (-con las piernas abiertas sentada en el aparato de los aductores. 9, 10…11…-)
Y el se reiría de compromiso y luego compartiría con sus amigos en la sobremesa las anécdotas de su trabajo “…y hay una mina que esta re loca, viene y te tira que ella no se sube a la cinta sino a un “duelo psíquico” (abriendo los ojos) donde pone a prueba su lucidez motriz” (risas) parece re normal la mina eh, pero le preguntás como está y te sale con un “vos sos feliz”? jajaja re pirada!, no!, si hay de todo! En el gimnasio te cruzas con cada uno!
-¿Por qué me preguntás eso? – me diría creyendo absurdamente que intento seducirlo (-estúpidamente-)
-¿Por qué no?- respondería yo con expresión desinteresada y él entraría en la segunda etapa.
Pero antes de dejarlo hablar, lo interrumpiría para explicarle las etapas…“la mayoría de la gente tiene las mismas reacciones, si les preguntas si son felices primero se sorprenden intimidados, al punto de la consternación, simulando con risita falsa -o alguna otra muletilla-, después viene la negación de la respuesta que se dan interiormente y que muchas veces desconocen, y/o desean seguir desconociendo (-justamente-), luego, presionados por la necesidad de no ser descubiertos en su incomodidad, comienzan a trastabillar, titubean frases ininteligibles, hasta que dicen por fin que “si, bueno que se yo”….y cambian de tema (lo mas dudosos)…o que “la felicidad no existe, que hay momentos…” (los mas convencidos) o ”si yo creo que si…” (lo mas orgullosos) y después te preguntan “y vos?” (-como el arquero que ataja un gol reventando el pelotazo fuera del área-) y yo ahí sonrío.
Y a vos te diría cualquier mentira que se me ocurriera en ese momento (-para no perder el dominio del balón-). Y luego, me sentiría triste por no haber podido compartir de verdad lo que yo pienso, lo que yo siento, lo que yo soy.
Ahora si les preguntas "¿vos sos infeliz?" reaccionan defensivamente respondiendo rotundamente “no”, porque asocian la pregunta a una ofensa, como si les estuvieras diciendo “¿vos sos UN infeliz?” que es interpretado como un insulto. Y la respuesta es automática “no” y va seguida de un “¿Por qué... vos si?” a modo de repechaje y desquite.

Pero nada de esto esta sucediendo, te estoy diciendo cualquier pavada relativa a la cantidad de ejercicios, a los ritmos, a las pesitas y vos estas hablando de rutina. Rutina mental, rutina reproductiva de la maquinaria cotidiana. Me estas hablando del mundo ordinario. Pero el ser humano es extraordinario.

Mirá, el ser humano es extraordinario todo el tiempo que es. Esto implica una paradoja, porque lo extraordinario es algo que sucede, por definición, muy rara vez, pero el ser es constante, cada maldito día, es decir, es “ordinariamente extraordinario” (-o “extraordinariamente ordinario”?-) 13…14….15…Sorbo de agua. Ahora abdominales, elongación, y me voy a mi casa a sumergirme de nuevo en el mismo ciclo una vez mas, pero diferente, cada vez, 16, 17, 18, 19...




(...continuará...)

Monday, January 03, 2011

Extraordinaria

-Sí, te mentí!- dijo reincorporándose súbitamente en la oscuridad de la habitación. El seguía recostado a su lado, pero la escuchaba atentamente.
-cuando vine el otro día sí sabía para que venía- él sonrió en la oscuridad – pero fingí, haciéndome la mojigata, (-mi papel favorito últimamente- señaló muy acertadamente su tipito)
-Ya me parecía…-
-No. Dejá. No digas nada. Yo te voy a explicar…yo necesito explicarte esto ahora…-respiró profundo y él se acomodó una almohada bajo la nuca ubicando sus brazos detrás de ella como en asas – Mi vida personal es…-continuó – …mi vida personal…-buscaba la palabra justa, (-una farsa!-) - ….no, farsa no, más bien… una ¡“Comedia”! – expresó por fin entusiasta como si aquello le resultara una gran revelación. Toma una gran bocanada de aire, como si hubiera estado sumergida largo rato bajo el agua y saliera repentinamente a la superficie a recuperar el oxígeno.
-Pero eso ahora va a cambiar! – cerraba los puños y los apretaba – porque ésa es una falsa dicotomía…-reflexionaba en voz alta- La realidad es también una Comedia, no vaya a ser que ahora nos creamos que de verdad somos los tristes personajes que representamos en ella…-
-Entonces es una contradicción- le dijo una voz que yacía a su lado en la oscuridad y recordó de pronto su presencia.
-No te creas, no. O sí, más bien sí, pero…todo lo contrario-
Él soltó una risa por la nariz.
–¡Ah bueno!....veo que vos sos la contradicción-
(-no te enojes con él – advirtió su tipito a tiempo – vos no estás acá para que él te entienda, estás acá por otra cosa, no confundas-)
-No te confundas. Todo es contradicción. Solo por y gracias a ella existimos. El día que se terminen las contradicciones se habrá terminado nuestra especie- sentenció
-Sí, claro…pero hay que buscarle la vuelta-
-La vuelta no se busca. Se fabrica-
(-¡Piedad Wanda!, ¡piedad!- exclamaba su tipito mientras se asomaba por detrás del hombro temiendo que se apareciera Némesis de repente).
– Pero no me interrumpas. Estaba diciendo que mi vida personal ha sido siempre una gran (-farsa!-) Comedia. Sí, claro, todo es una Gran Comedia me dirás vos (-él no dice nada-) pero hay distintos niveles…y entonces la cosa cambia. Definamos… (-dijo el epistemólogo mientras buscaba donde escupir el carozo de la aceituna-) ¿qué es “vida personal”? – Wanda hace el ademán de las comillas con los dedos en el aire- ¿a qué llamamos “vida personal” –modula acentuando la locución de estas últimas palabras- digamos, entonces, que "vida personal" es todo lo que uno es y hace por fuera del mundo laboral, profesional y, permitime incurrir aquí en algun justificado "estiramiento conceptual", pero tan solo a los fines meramente “exponenciales”, esto es: agregar en este ámbito también a la militancia (-atorase el epistemólogo con el carozo de la aceituna, tosióle, eructóle y escupióle por fin erráticamente-ironizaba su tipito burlandose de Wanda) porque de alguna manera esas tres cosas son las que uno no puede dejar de realizar. Le son indelegables y debe ocuparse de ellas cada día de su vida. Cabe aclarar que esto no implica necesariamente no hacerlo con alegría, ojo, pero son digámoslo así…”los gastos fijos del mes”, uno ya sabe de antemano que invertirá determinada cantidad de energía, salud, esfuerzo y tiempo en realizarlas. Ahora, lo que queda por fuera de ellas, es lo que damos en llamar “vida personal” -sonreía involuntariamente mientras hablaba- que incluye desde ir al supermercado, sacar la basura, asearse, escuchar música, depilarse, ir al teatro, leer…-hizo una abrupta pausa como frenandose- y en este caso particular me urge una aclaración, no por demás menos pertinente (-estás monologando- pone cara de fastidio su tipito) que se trata de una lectura de esparcimiento, de entretenimiento, de recuperación de la energía interior, si se me permite la expresión, que sacia mas la sed del alma que la de la mente, es decir, excluye todo lo que sea periódicos, lectura política y/o histórica, las que ubicaríamos mas acertadamente en el ámbito de la militancia, dado que es parte de la formación del militante. Dibujar, cocinar, salir de paseo, esas cosas forman parte de la vida personal…del ocio también ¿no?-
-De esa gran "Comedia” que decias...– sugeria el Otro tratando de no perderle el hilo
-Precisamente!. La parodia de ir al supermercado, de buscar periciosamente la fecha de vencimiento en cada objeto comestible que agarramos, de cargar sistematicamente en el chango los víveres dejando para el final los alimentos de heladera para “no cortar la cadena de frío”, enojarse absurdamente con los que bloquean el paso entre las góndolas, repetir de memoria siempre el mismo diálogo con el cajero de turno “¿en efectivo o con tarjeta?”, la desazón de volver a mostrar la foto de la espantosa cedula de identidad vencida (-¡con esa foto quien se va a andar fijando que día vence!-), embolsar todo a lo loco con una desesperación de apuro innecesario. “¿No tenés mas chico?”, la especulación para conseguir momeadas. Gracias. De nada. Tu vuelto. Estratagema cotidiano. Salir de paseo por la costanera camuflando el porro en un paquete de cigarrillos que no fumás. El chori crujiente y la gota de grasa que te lo recordará de por vida, la fuente iluminada de Lola Mora horriblemente envidriada, el fondo de coro de ranas. La seca de keruza bordeando el río por si hay descarte. El atardecer, el viento, la noche. El olvidarse del tiempo que no se olvida de nada…-le pareció escuchar un ronquido (-el coro de ranas…-) – invitar a un amigo a tomar mate, hablar de la vida, tanto de la impostergable como de la Comedia (-farsa-). Reírse de ambas. Amargarse por ambas…(-la impostergable?-). Si. Todo eso va a cambiar…-farfulló como para sus adentros. Se sonrió y aguardó en silencio a que el pensamiento terminara de formarse en su cabeza, y luego tocándose la frente, como quien se descorre un velo de los ojos, pudo ver, en la mas completa oscuridad de aquella habitación que no era suya, pero que respiraba en el Otro su soledad (-empecinada-) la inevitabilidad de su alma impostergable, dijo:
-Yo la llamo Comedia. Y sí! “lo postergable”. Yo la postergo, porque en ella no encuentro nada que me “eleve el espíritu”, ¿Cómo decir?, - suspiró para disimular el deshago - no veo en ella otra cosa más que lo absurdo de la existencia humana, el acto repetitivo y constante de la reproducción del mundo ordinario. Comprar-cocinar-comer-lavar-defecar-dormir-despertar-trabajar-ir-volver-usar-ensuciar-lavar-planchar… y así, una y otra vez hasta enfermar y morir. El sin sentido de una existencia plana. Para mí. Debo decirlo. Para mí. Y yo quiero hacer otras cosas. Cosas que le den sentido a esa existencia, más allá de la superficialidad de la rutina cotidiana (-¿la militancia?-). No. Lo “extraordinario” es, por definición, solo ocasionalmente. La militancia esta en todo lo que soy y en todo lo que hago (-y cuando no está también está-). Exacto. Gracias a ella logro romper con buena parte de la banalidad del mundo que se reproduce en esa superficie plana. La militancia me resulta algo inevitable y necesario. Como el aire diríamos. Sin ella ya me hubiera marchitado hace rato. Pero a lo que me refiero es a “otra” cosa…que no pertenece a nada de lo anteriormente mencionado…-
-Amor, eso te hace falta- la voz la tomó por sorpresa y no pudo evitar sentirse intimidada.
-Mi vida esta llena de amor…- interrumpió Wanda con cierto tono rencoroso- desde regar mis plantitas cada mañana hasta cortarme las uñas, todo lo hago con amor- (-menos la cola del banco- agregó muy acertadamente su tipito-)
-Estoy hablando de otra cosa…-
(-Claramente. Pero vamos a no hacernos cargo. Otra vez la Comedia-)
-El amor tiene tantas formas…- (-o farsa-)
-Lo que vos necesitas es encontrar una persona que te mueva el piso y te enamores perdidamente-
-Momentito. Que yo ya estuve enamorada- volvió a interrumpir cola de paja
-¿Y?-
-Nada. Quiero decir que se de que se trata. Y fue hermoso mientras duró pero…– comenzaba a trastabillar- ya lo dijo Ismael Serrano (-un muerto encierras-) “el amor es eterno mientras dura”, por eso digo…que el amor tiene muchas formas…muta…(-"muza"- le sugirió el tipito previendo irse al pasto viendo como cordoneaba) – y justamente “ese” amor del que vos hablás es el más "raro" de encontrar, pero aún así si lo encontrás, todavía te queda lo mas difícil que es conservarlo, hacerlo perdurar…- y cuando parecía que él no podría hacerle jamás ningún aporte trascendente dijo:
-Por eso. No es algo que acontece a menudo. Pero cuando sucede le da sentido a todas las otras cosas, hasta a esa “Comedia” de la que tanto renegás, porque estás inspirada en algo superior que todo lo transforma…-
Se hizo un silencio antes de que Wanda expresara estrepitosamente
-Es “extraordinario”!- como descifrando el acertijo
-¿Qué cosa?- le preguntó confundido, sin percatarse de lo que habían significado sus palabras para ella, que se abalanzaba ahora sobre él para besarlo ruidosamente en la mejilla.
-¡Eso necesito!- y saltó de la cama colmada de alegría buscando su ropa que había quedado desparramada por toda la casa.
-¿Ya te vas?- preguntó el Otro incorporándose pero sin bajar de la cama.
-Sí. Mañana trabajo y tengo que entrar temprano porque a la tarde tengo una reunión y a la noche me tengo que juntar con los compañeros para ver lo de las actividades y la marcha…ah y tengo que pasar a buscar…-
Wanda repasaba su cargada agenda mental sobre las tres cosas que regían su mundo impostergable – uh! No me tengo que olvidar de pedir turno con la ginecóloga. Uff!! - se ataba un cordón-Y de comprar agua! – se ponía la otra media- que sed tengo...-
El Otro se levantó, y mientras Wanda se peinaba le fue a servir un vaso de jugo. Ella sin agradecerle el gesto se lo bebió de un solo trago. Y él, con la parsimonia de la desperanza, comenzó a vestirse para bajarle a abrir la puerta de calle.
Se abrochaba la camisa cuando entonces Wanda apareció frente a él, tomó su rostro con ambas manos, lo miró a los ojos como buscando algo en ellos y le dio un beso en la mejilla. Lo volvió a mirar. El había dejado caer los brazos pesadamente a los costados del cuerpo. Ahora lo beso en la frente y el Otro cerró los ojos. Rozó con el pulgar derecho sus labios resecos y allí depositó su último beso, indulgente.
-“A veces el futuro es una noche sola, y uno gasta la urgencia en llegar y dormirse”- le dijo y lo despertó de aquel breve trance – “Cinco veces triste”. Benedetti. Una “delicatessen” de la poesía latinoamericana- terminó diciendo sonriente.
-Me gusta Benedetti, pero tampoco leí tanto…-
-Ah! Mal hecho!- se colgó la cartera y se lo quedó mirando como esperando que le abriera la puerta.
-¿En serio no te querés quedar?-
Ella contestó con una expresión mezcla de conmiseración y plegaria.
-Bué…te bajo a abrir dale. Pero mirá que “el futuro es una noche sola”- bromeó mientras llamaba el ascensor.
-“A veces” dice Benedetti…”a veces”-
Apretó el botón de PB.
(-un “a veces” proclivemente postergable- musitó su tipito mientras estiraba la pierna para calzarse la pantufla que se le había escpado debajo de la mesa)
-Gracias por todo- lo abrazó fuerte – nos vemos pronto-
-Chau…-
Wanda paró un taxi
-…y suerte con tu “suceso extraordinario”- le grito desde la puerta.
– ¡Igualmente! – respondió Wanda levantando un brazo en señal de saludo.

En el taxi iba puesta la radio en una de esas estaciones que pasan lentos clásicos de los ochentas, uno tras otro, todos iguales. La canción insistía en implorar “I love you”, “I need you” entre solos de guitarra y batería que pasaban de lo cursi y meloso a lo pedorro y bizarro.
Wanda empezó a reírse sola. El conductor la miraba extrañado por el espejito retrovisor. Pero ella ni se percató. Miraba por la ventanilla las calles despobladas de la madrugada urbana en día de semana. “I need you”, “Oh baby”, “For ever” “My love”.
(-que no se vuelva “farsa” la “comedia”-)

La ciudad deshabitada se parece un poco a mí. Pensaba. Esperando en la soledad de la noche un suceso extraordinario que le devuelva el alma. Cuando el día comience volverá a poblarse, a ser transitada por todas las mismas cosas “impostergables”, inevitables, cotidianas.

(-“A veces el futuro es una noche sola”-).
Y a veces son todas las noches. Gastando la urgencia en la soledad y sin llegar a dormirme.

Subió a saltitos los escalones de la entrada de su casa. Cuidado.
(-la sola existencia es… por si misma “extraordinaria”-)