Sunday, December 30, 2007

Ludica ontología inasible


“-…Podría usted indicarme la dirección que debo seguir desde aquí?-
-Eso depende- le contestó el Gato- de a donde quieras llegar.
-No me importa adónde…-empezó a decir Alicia
-En ese caso, tampoco importa la dirección que tomes- le dijo el Gato
-…con tal de llegar a algún lado- acabó de decir Alicia.
-Eso es fácil de conseguir- le dijo el Gato- No tienes más que seguir andando!.-
(…)
-Qué clase de personas viven por aquí?-
-Por ahí-dijo el Gato señalando con su pata derecha- vive un Sombrerero; y en esa otra dirección
-y señaló con la otra pata- vive una Liebre Marcera. Da igual al que visites…Los dos están igual de locos!
-Pero si yo no quiero estar entre locos…-comentó la niña.
-Ah! Pero eso no puedes evitarlo- le dijo el Gato: aquí estamos todos locos. Yo estoy loco. Y tú también.
-Y como sabe que estoy loca?- preguntó Alicia
-Tienes que estarlo a la fuerza-le contestó el Gato-,de lo contrario, no estarías aquí
.
(Alicia en el País de las Maravillas.
Cáp. VI “Un cerdo que estornuda”
Lewis Carroll)



Bueno, de que se trata todo esto entonces??....(-se trata de la comunicación, de la socialización…de lidiar con la humanidad…-). Y a quien le importa la humanidad?? Acaso alguien ha entendido algo??? (-van a entender cuando quieran entender…-) Pero por favor!!!...ahora profesas como horóscopo barato de revista de frivolidades!. A muchos no les da la cabeza…y a otros nisiquiera les importa. Y la novedad es que ahora a mi tampoco. (-Estas empezando a reproducir sensaciones de odio…-). De nuevo te equivocas. Tengo el corazón cubierto de callosidades... como decirte que ya no sangra al primer roce como antes… Igual me tiene absolutamente sin cuidado lo que quieran opinar los demás.

Mi historia guarda correlatos intrínsecos con la historia de cualquiera, solo que mi forma de vivenciarla y expresarla ha de ser una manera algo… disímil a la de la “media standar”… (-léase: elocuentemente ególatra-) leé lo que se te cante, al fin y al cabo solo estamos vos y yo en este escenario introverso. Y en definitiva, para que quiero yo comunicarme con seres que no dan demasiada cuenta de mi existencia nisiquiera en su corpóreo manifiesto.

Y esa gente que anda aventajando con lo ajeno…Entupidos seres engreídos que con su obtusa pretensión de superioridad lanzan como agujas venenosas sus miradas peyorativas a los demás, rapiñando siempre la paja del ojo mas cercano. Detesto a esos viles canallas que denigran al prójimo para sentirse por encima de ellos en su apática reproducción de enfermiza megalomanía psicótica.

Pero todo llega. (-o nada se va del todo…-). No me contradigas. Quiero decir que los hijos de puta se pudren en esta tierra, solo que no dejan verlo, lo ocultan tras un disfraz hipócrita porque no tienen los huevos para hacerse cargo de sus propias miserias….(-pero el olor es inocultable-). No me molesta un defecto innato. Me molestan los adquiridos.

Donde puse las llaves? (-en el potus…-). No. Pero no quiero entrar. Voy a deprimirme…lo se.

Mejor me voy a dar una vuelta (-ostracismo….-). Sí, ostra…y bien de tu madre!.... y cual es tu problema!?, acaso vos estas viendo a alguien capas de ofrecerme otra cosa?. No!. Todos me atropellan y me empujan, yo grito y nadie se detiene a escucharme, me siguen hablando como si nada. Gregarismo autista. Así que si me vas a cagar, -con o sin conocimiento de causa de mi parte, a esta altura da lo mismo-, o si me ves hundiendo y no me vas a dar una mano … por lo menos no opines sobre como hago yo sola las cosas... Y a dejarme en paz!! A dejarme vivir o morir en paz! Nadie les pido que me “den” nada, tan solo pido que no me quiten lo poco que tengo… y que es mío!.

(-ahora viene la parte autocompasiva no?...en la que coqueteas con el suicido paranoide?-). Te pensás que voy a caer tan ingenuamente en las fauces de tu cinismo?. Vos tampoco sos muy equilibrado que digamos, y si te vas a hacer el cáustico no me perdones nada. La piedad tiene menos de empatía que de cobardía. Como victima consumo mi sufrimiento pero me abstengo de todo cargo. Como victimario lo mismo, pero no tengo que disimular que lo hago. Y si algo se rompe, no sos vos, soy yo. (-tanta oda a la autodestrucción te limita…-)

Destrucción oh! Sí…deliciosa abyección de los corazones mutilados!! Dadme de beber vuestro venenoso néctar sagrado!!....ja!, hacé el favor!!…
(-tu sarcasmo no te salva de tu invalidez…-)
Pero me desahoga. La claustrofobia del ensimismamiento exige locura o llanto.
(-y vos elegís la primera…por si las dudas alguien estuviera mirando…-)

La calle vacía y oscura. A penas un bar abierto donde borrachos, descarrilados y peregrinos de la nostalgia, sortean abúlicas displicencias en bizarros roces de frustráneos desenlaces. Ahora es cuando dios se vuelve a hacer el boludo mirando para otro lado y el Diablo hace berrinche porque no le presta atención a sus jugadas. (-como un nene que busca a su padre para que observe su proeza: “mírame papi!! Mírá lo que hago ahora!!...Y luego...me viste??, me viste??, me viste?? me viste??-). Y el Padre jura no volver a tener más hijos…

Me senté en la barra y pedí un whisky con hielo. El hombre se me quedo mirando con la expresión de quien ve a un angelito inmaculado (con coro de fondo, iluminación cenital y todo) pidiéndole dulcemente que se extirpe por favor las tripas y las deposite en su plato para que así pueda englutirselas felizmente (mientras se acomoda la servilleta al cuello).

Como si no tuviera suficiente ya…, tener que venir a pagar acá por portación de cara. No es día para andar revisando el documento, del cual hace tiempo ya que me he enajenado. Yo reconozco la de esa foto…pero no creo que ella pueda reconocerme a mí. Definitivamente este es un puerto para náufragos que todavía no han querido notar su desbrujulamiento. (-esa palabra no existe-). Si me lo dejas pensar un poquito te digo que no he conocido a nadie que no deambule extraviado en su propia cordura.

Y si el mozo me sigue mirando con su libidinosa mueca torcida, le rompo este vaso en la cabeza y después se lo clavo en la frente como unicornio. Quisiera entender la génesis de mi violencia y repugnancia…pero hay algo que siempre me impide llegar al fondo de todo…(-La arcada?.-)

En realidad me gustaría tener problemas más clásicos…por decirlo de algún modo. Pero no, resulta que mis problemas atraviesan los límites tradicionales. O será que mi forma de abordarlos presenta particularidades irresolubles?.
Otro…y mas hielo por favor. Gracias.

En cualquier momento dios tira la cadena y nos vamos todos por el caño. Golpiza anestesiada. Pero sigue doliendo….

Fijate como toda la realidad en mi entorno pierde sinergia con mi panóptico. Hasta el sonido se vuelve lejano y apocopado. Tu perteneces…El pertenece…Vosotros pertenecéis… Ellos pertenecen… No hay “Nosotros” que pertenezcamos (-el mundo introspectivo aliena las funciones sociabilizables-). Callate!!... que sabes vos de socializar si en tu vida saliste de tu trinchera…, así si que es fácil hablar, pero te invito a pasar al maravilloso mundo de lo inabordable…. y donde tengo el encendedor!?…siempre se me pierde…(-yo no fumo-). Y de donde saque yo este cigarrillo?, y como es que voy a fumarlo?.

Entonces una llama se prendió ante mis ojos. Acerque el cigarrillo pitando varias veces hasta prenderlo sin fijarme a quien pertenecía el brazo que se extendía detrás.

“A veces el futuro es una noche sola…” comenzó a decir, “…y uno gasta la urgencia en llegar y dormirse…” terminamos a coro.
-Cinco veces triste…, te acordás?
-cáscara y nada…[1]- dije con el cigarrillo en la boca mientras emanaba voluptuosos hilos de humo que se filtraron a mis ojos. Irritados aguaron súbitamente mi visión y todo pareció sumergido en un imposible vaso de whisky.

-Nunca me imagine poder encontrarte en un lugar como este…-dijo y entonces reconocí su voz. Pero no quise mirarlo. O mejor dicho no quise que me mirara, aunque aquello era ya inevitable, por lo menos necesitaba evitar sentir directamente su mirada en la mía. Se pidió un café con leche y un sándwich de milanesa.
Que cordial. Siempre tan cordial…Lo hace para hacerme sentir una mierda… (-Su falsa humildad petulante me irrita-). Pero no te creo. Sos como una casa llena de ventanas….pero todas con cortinas. Cerradas. (-y oscuras-). No te hagas el copado… No te imagines vulnerarme. No me provoques ahora. Que puedo arrepentirme mas tarde de mi gula por bocas como esa…(-siempre esas bocas yermas…que no dicen nada…nada que yo ya no haya oído en otra parte antes-). Como te explico…me aburre esta farsa. Podes quedarte con tu boca. Se me pasó el antojo de tanto empacharme.

Saque de mi bolsillo el único billete que tenía, pagué y salté del taburete para retirarme sin responder a su presencia que ahora me tomaba del brazo para impedir que me fuera.

-Adonde vas?-
No recuerdo si contesté, solo estoy segura de haber mantenido la mirada esquiva.
-Pero no me querés hacer compañía un rato?-
-Estoy apurada – dije soltando sutilmente mi brazo- otro día-

Salí con una arcada de angustia que a penas pude disimular con mis parpados pesados como cortinas de hierro. (-a que le tenés miedo Wanda?-) No tengo miedo, tengo asco. Solo quiero que no me fastidien… (-porque no hacerle frente a la realidad en vez de vivir rehuyéndola con pavor incesante?-). Yo no rehuyo. Yo prevengo. Si voy a enfrentarme, prefiero hacerlo cuando tenga fuerzas. Ahora estoy empezando a convertirme en cenizas. Fénix metamorfoide. (-O adicto a la piromancia-).

Caminé con tanta velocidad que a penas recuerdo como llegue hasta el obelisco.
El hecho es que me había quedado de pie inmóvil allí parada. Asqueada de tanta angustia, comencé a vomitar en inocultables ofuscaciones mi propia inutilanza mientras contemplaba la vacuidad de mi entorno. Cuando dios se hace el boludo…el Diablo bosteza malhumorado. Sin oponer resistencia, ganar pierde sentido (-yo sospecho que son la misma persona con graves problemas de doble personalidad….una esquizofrenia crónica-). Aquello me hizo reír y drenar mi último atisbo de menoscabado desasosiego.

Reanudé la marcha esta vez con mucho mas alivio. Nadie entiende como hago…pero esta es mi forma de sobrellevar mi vida, los atropellos, los tropiezos, los arrebatos…la desgracia tragicómica de mi importunada fortuna. Yo puedo sola, pero no me disturbes, porque si desvarío me caigo…(-y te llevo conmigo…-). Es hora de volver a casa, necesito hundir mi cara en la almohada y dormirme.

Como es que ya nada me estimula?...será la negación al sentimiento?...el mecanismo de defensa neutraliza el desarrollo del motor psicoemosional?. Es acaso un autismo neurálgico que impide la propagación de apegos y valorizaciones afectivas hacia los demás?...o es tan solo un esporádico estado anímico más de mi recurrente desvinculación con el mundo que se me ajena y me lastima con su incomunicación. No es que el no me acepte…tal vez soy yo la que no lo acepta a el cuando exige de mi lo que no soy, y no puedo ser… marginándome como paria al olvido de haber no sido lo que de todos modos jamás seré.

Necesito un cigarrillo. (-Lastima que yo no fumo-). Siento mi alma en una calesita que ya me esta empezando a marear. Pero no me quiero bajar. (-antes quiero ver si saco la sortija-).

Siempre pierdo mis llaves (-no voy a analizar eso-). Por suerte el potus es una planta discreta que sabe como guardar un secreto (-además de las llaves-).

Entré a mi casa y trabe la puerta. Me descalcé y me fui a lavar la cara y las manos. Me puse el pijama al revés (como había quedado de la mañana) y ni bien apoye mi cabeza en la almohada me sentí sumida en un profundo alivio que conmovió mi alma y arrojó por el sueño los despojos de mi corazón abrumado.

Soñé con un mundo de pecera donde una montaña rusa hecha de ostras subía y bajaba vertiginosamente atravesando ventanas que flameaban sus cortinas rojas, mientras yo espiaba como por un agujero de cerradura que no podía abrir, porque la llave estaba escondida entre las infinitas algas que crecían y se enredaban en mis pies descalzos. Y alguien me gritaba desde lejos, pero yo no llegaba a escucharle.

(“…a veces el futuro es una noche sola…y una gasta la urgencia en llegar y dormirse…”)


[1] Mario Benedetti “Cinco veces triste. 1. Cáscara y Nada”

Saturday, August 11, 2007

Las Hadas Madrinas




Salagadoola mechicka bula bibbidi-bobbidi-bú!

No estoy triste. No estoy deprimida, tampoco. Ni estoy enojada. No. Lo que yo sufro es insatisfacción. Casi fisiológica. Tengo todos los síntomas. Palidez. Ojeras. Risa falsa. Cara de constipación. Mirada ausente.

Y entonces pensaba, que en una de esas, yo también podría llegar a protagonizar una historia. Una con gracia, desde luego. Aunque tuviera que inventarla yo.

Primero agarre por Santa Fé con la actitud de quien sale un día al pedo de paseo a gastar plata. Miraba las vidrieras con aspecto a veces interesante como buscando algo…que justo parecía haber encontrado pero casi... o sino ya me paraba con el temple decidido (ceño fruncido y todo) de irrumpir en el local para llevarme a toda costa el (supongamos) par de sandalias con incrustes de piedritas en composé. Preguntaba precios, colores, talles. Y adentrándome en la ficción podía sentir la ansiedad de que realmente iba a hacer mías todas esas cosas que me gustaban. Así, por momentos me subsumía en un estado de casi deplorable sumisión al personaje. Me probaba todo lo que iba a comprarme. Combinaba modelitos. Me paraba frente al espejo, desde donde una mirada suspicaz me devolvía el reproche mientras yo simulaba no haberla visto. Nada más obtuso y porfiado que hacerse el boludo con uno mismo…”Pero con estilo” me respondía ubicando la pera en el hombro y levantando el culo para ver como me calzaba de atrás. Y entonces llegaba el impostergable momento del “bueno… voy a seguir mirando cualquier cosa vuelvo” o del “y hasta que hora están”. Y me iba, otra vez más. Sin pena ni gloria. Con insatisfacción, inconsolable. Hasta que entré en una librería y….tanto jugar con fuego….El diablo si que sabe como vender la manzana. Siempre se sale con la suya, y con la mía (que es a veces “la nuestra”). Edición barata, che! Tampoco para tanto!. De bolsillo. Completa. Excelente traducción. Eso sí en finísima impresión en papel higiénico (hoja simple). Tengo miedo de darle vuelta a las páginas con el dedo humedecido y que se me desintegren.

En fin. Falta suplida, continué la marcha. Claro que la falta faltó mucho para que se fuera… Habito consumista que presta un consuelo vacuo para llenar un vacío que no se llena con cuestiones materiales…Sabiendo esto, no aspire a ningún mejoramiento del espíritu…sin embargo el libro que compre oficiaba mas de antídoto a la misantropía que plenitud en el ostracismo…
Ahora enfilé para Corrientes. No se si doblé por Paraná o en la otra…cuestión que desemboco en la avenida de los teatros con vista al majestuosísimo monumento falico porteño. Pensando en entrar en un bar. Café con leche y un tostado. Mucha plata. Bueno cortado y una medialuna, porque tengo hambre. Mucha grasa, puras calorias. Bueno un café y me trago la servilleta. Cuidado con la constipación…

No observo predisposiciones iracundas ni esquizoides. Nisiquiera. La insatisfacción es todavía mas grave, porque circula con la sangre llegando a todos los órganos angustiando su labor…pero a la vez dándole uno, con lo cual se vuelve crónica hasta la mas absurda naturalización.
Paso por delante de los bares que elijo mentalmente sin detener el paso. No me gusta la luz. No hay lugar junto a la ventana. Demasiado ruidoso. Demasiado vacío. Muy de viejo. Mucha borregada. No es que no sepa lo que quiero. Lo que no se es como. Cada cosa en su carma. Nunca supe bien de que estaba hecho un carma. Y basta de interrupciones. “Disfruta del ocio”. Oh! Si oh!. No tengo. Ejercito mi tozudez con esmero cuando puedo.

Dos extranjeras me interceptan cuando voy pasando por la entrada del Teatro San Martín. Quieres una entrada para ver danza ahora?. Al principio no se si interpretar que me la regalan o si en realidad están queriéndome preguntar alguna otra cosa que su rudimentario castellano no les deja expresar correctamente. No gracias. Sigo caminando como desligándome del tema. Pero antes de llegar a la esquina me vuelvo a buscarlas corriendo. Eh! Son para ahora las entradas?. Si, si (entusiasmo). Y cuanto están?. 15 pesos. Ah no tengo 15 pesos (desilusión). Palidez. Ojeras. Cara de constipación. Mirada ausente. Corazón bombea insatisfacción en su indetenible ciclo orgánico.

Seguí caminando hacia Callao con el alma atravesada como por un sable japonés. Te das cuenta que no puedo ni hacer algo espontáneo?. Es como encontrarse una lata de pate en el desierto perdido. Ya no te preguntas como carajo abrirla, ni en si te va a terminar dando mas sed…solo te preguntas porque carajo no te cayo en la cabeza y te mato de un golpe seco.

A punto de entrar al Complejo La Plaza se me da (por mero exabrupto de cuello contracturado) mirar hacia el Teatro Alvear donde me vengo a enterar que están dando la obra de teatro que yo quería ver. Y en un súbito arrebato ciego me lanzo a cruzar de forma casi suicida la avenida. Un par de bocinazos y alguna que otra alegoría al vientre materno y ya estaba en la vereda de en frente.

Entro al teatro animosa y encaro directo a la boletería. Cuando dos (de las tres) hadas madrinas me cierran el paso. Venís a comprar entradas para el teatro?. No, vengo a averiguar sobre la obra…Ah sí, empieza ahora en 15 minutos, si querés tenemos una entrada de una amiga que no va a venir. Y cuanto sale?. 8 pesos. Bueno se la compro entonces. Las hadas sonríen por mí y me cuentan de la buena ubicación. Yo no tenía que ir a un bar. Ni que ir a ver danza moderna. Yo tenia que llegar hasta acá para que dos hermosas hadas me hagan entrar a ver esta obra que era para mi. La tercera llego mas tarde, cuando yo volvía del quiosco con una cajita de caramelos. Se sentaron todas juntas a mi lado. Y yo cerré los ojos como la Bella Durmiente del Bosque que es salvada por los encantos de sus varitas mágicas… Salagadoola mechicka bula bibbidi-bobbidi-bu!. Se apagan las luces comienza la función.

Que pasa cuando no pasa lo que queremos que nos pase?. Nos conformamos. O no. O si tan solo queríamos creer lo queríamos, y que era para nosotros. El caso es que cuando nos sucede otra cosa diferente, la mayoría de las veces lo tomamos como una “sobra” del universo conspirativo y lo desechamos, alegando a una dignidad personal que nos impide aceptarlo. A veces el destino se pone caprichoso, pero queda en uno cierto margen de aporte al desenlace: hacer de esos caprichos una oportunidad increíble o salir huyendo a esconderse empecinado. Y la razón emancipadora se volvió conservadora primero y tirana después, como todo régimen que entra al poder como revolucionario que por el statu quo termina prostituyéndose. Una salida que lleva al precipio.

Entré al teatro porque me moría de ganas de ver esa obra pero también porque me hechizó la magia de las hadas que me ofrecían la gracia de una historia espontánea que me hacia su protagonista sin dejar de ser yo.

Y nadie sabia donde estaba. Pero tampoco nadie me había preguntado que iba a hacer esa noche. Nadie me esperaba. Nadie venia en mi busca. Nadie más que yo hacia algo por mí. Y yo quería hacer de cuenta que nadie tampoco me importaba. Ya sabemos, eso no era ni muy cerquita lo que me pasaba. Pero supongamos que yo sea un ser racional, que domina sus pasiones con la fuerza indemne de la razón frente a las circunstancias, supongamos que además no tengo tanto tiempo al pedo (o que de tenerlo lo “disfrutara”) …supongamos todo eso pero que además tengo hambre y accedo sin rodeos al manjar de mis antojos…y mientras lo devoro voy saciando la bendita falta. La insatisfacción, convengamos, también tiene sus momentos…

Decir que soy. Decir que tengo. Decir que solo digo lo que siento, y sentirlo. Sin titubeos. Sin disimulos. No culpa. No miedo. Y sin lamentos. No hay estado de alteración. No hay movimiento. No hay. De nuevo la falta. Sin la más mínima diferencia para el mundo. Pero me satisfago, solo por el hecho de haber decidido, libremente, el desenlace de, si más no fuera, una infinitesimal, pero beneplácita, parte de la historia, que me tiene como protagonista. La diferencia con el conformismo radica en el procedimiento. Circunstancia no menor a tener en cuenta para algunas cabezas huecas. Y yo no estoy triste. No estoy deprimida ni enojada. Es que no puedo mermar esta conflictiva e incesante insatisfacción que me trastorna y transforma en seres que ilusionan ficciones de lo que, también soy en realidad ahora o antes o posiblemente en algún mañana.

Las hadas madrinas salieron delante mío al finalizar la función. Y al salir a la avenida parecía como si la ciudad entera fuera la ilustración de un cuento pintado a acuarelas. Y ya no me interesaban las vidrieras llenas de absurdos parches para mi insatisfacción incauta. Todo remiendo esconde un agujero. Mis hadas subieron a una carroza majestuosa que se elevo por los aires y se alejo en el cielo hasta transformarse en una estrella… Y yo me fui caminando a casa cantando bajito… Salagadoola mechicka bula bibbidi-bobbidi-bú!

LABERINTO


La solución no era adentrarse en las tinieblas de aquel malsano laberinto que no parecía conducir a ninguna parte.

Sobre todo cuando urgía la esperanza. Los recodos, idas y venidas se volvían insoportables en los momentos de mayor asfixia.

Ahora entiendo porque nadie podía salir de allí. La solución no era adentrarse. Cuando menos se lo esperaban descubrían que el laberinto había sido diseñado justamente para engañar los sentidos de aquellos que creían fervientemente que atravesarlo consistía en mantener agudizada la astucia y la memoria para descifrar la salida.

Yo por suerte fui siempre más escéptica. Sobre todo porque habiendo nacido en Buenos Aires nunca me aprendí bien las calles ni las alturas, nisiquiera aquellas avenidas referenciales que ningún porteño en edad adulta y en su sano juicio puede ignorar. Bueno yo cumplía con esos dos requerimientos (con el primero seguro) y sin embargo siempre tenia que terminar preguntando y no se porque todos insistían con eso de “de donde sos?” y entonces por dignidad o por bronca contestaba “de La Chicata” (incluso ensayaba distintos acentos) “un pueblito escondido de la cordillera al sur de Mendoza” y siempre me decían que “que bárbaro” que nunca habían escuchado hablar de el… que “que grande que es la Argentina hay tantos lugares que uno nisiquiera conoce” y querían saber mas asique a veces inventaba cosas absurdas como que nos dedicábamos a la domesticación y adiestramiento de chinches, que teníamos el torneo tradicional de carreras en guanacos…y cosas así, hasta que dudando ya de mi sano juicio (segundo requerimiento por el que le pueden entender a uno que se pierda estando en su propia ciudad) me contestaban rápido para donde tenia que irme así me sacaban de encima sin mas. Por supuesto siempre terminaba invitando a todos a pasar por mi pueblito a comer chinches a leña, que preguntaran por “Los Villa-Zapata” que si no la ganan la empata…etc

Como me pudre que me pregunten de donde soy. Me pierdo porque no se prestar atención a las calles ni a las alturas ni a los barrios, ni a los mapas…puedo perderme estando parada. Y?. Estoy pensando en otra cosa…la calle puede llamarse como quiera.

Por eso cuando vi que no iba a salir jamás de ese infastuoso laberinto me resigne a disfrutar del paisaje, total, no tenia salida, ya estaba sabido.

Y entonces fui a dar a un claro donde se abría una especie de túnel, como esos por donde pasa el tren. No me hacia gracia meterme ahí en esa oscuridad infinita. Pero tampoco quería retroceder (aunque retroceder en este caso es solo una hipótesis porque tal vez ese túnel me llevara devuelta al comienzo….y así). Como sea, me mandé. Al principio se veía algo. Después nada y tuve que ir tocando la pared para fijarme de no llevarme algo por delante. Entonces pise en falso. Una grieta me tragaba. Caí a los gritos. Hasta que el agua de un mar infinito me recibió entre sus olas gigantescas. Tras una ardua lucha nadando pude hacer que me dejaran en la orilla de lo que parecía ser un desierto infinito. Nada de flora nada de fauna. Solo kilómetros y kilómetros de tierra árida.

Cuando avance hacia el desierto la arena comenzó a levantarse como en una tormenta…y allí donde debería estar el horizonte apareció un espejo. Atrás el océano. Delante yo, con el océano detrás de mi, frente al desierto. El infinito y yo enfrentados. El laberinto no tenía salida. Yo si….o mi reflejo.

Saturday, May 26, 2007

Memento non omnis moriar





"...El ser superfluo de cada día danos de hoy…
(-…y perdona nuestras crueldades así como nosotros hacemos como que perdonamos las tuyas…-)
Y no nos dejes caer en la desazón…
(-Maldíganos tu bla!-)
¡Amén!".
De Pasadizo LXXVII