Abúlicos desquicios ahuyentos

Subsuelo IV

“…El eterno ocaso de una visión funesta.
Sabíamos, tu ojo y el mío no estaban viendo la misma cosa.
Sin embargo contemplábamos serenos
el extermino a través de la pequeña ranura
de nuestra gran coraza…”.

Tuky*

Furico refracto incauto

No tiene razones la voz de tu entendimiento
cuando gira sobre la noche el espectral reflejo…
y no esta en su sueño, ni esta en sus ojos…
Todo lo que puedo reconocer en su rostro
es mi inusitado vínculo con el agujero del espejo….
Y sobre el abismo se hamaca el péndulo de mi inconsciente mundo introspectivo.
Entre mi cielo y tu tierra la infinitud del destino me cabe en la palma de la mano
Y no hay mayor ferocidad que la de los delicados pétalos que cobijan tu alma escondida.
Del otro lado del laberinto que nos separa
puedo escuchar decir al cadáver de tu inocencia (que se presenta con mi nombre)
que tu realidad es la única viva…
y yo la imperdonable nada.
Aunque no este en mis ojos, ni este en mi sueño
está en mis manos, el destino que le pertenece a mi alma escondida…
y no hay mayor ferocidad que la de los delicados pétalos que a ella cobijan,
y resguardan
de la única muerte posible,
la de no querer entender que esa imagen es mía.

Tuky*

(*Tuky es una persona que recita para si estas cosas en su cabeza solo cuando viaja en subte o colectivo -tren no usa-. Lastima que no tenga nunca donde anotarlas y que cuando puede hacerlo ya se le han olvidado por completo. De allí que no tengamos registro alguno de ellas. Realmente una pena.)